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Impulsar un Código que protege al amor

Sin muchos términos técnicos y cargada de experiencias personales fue la fórmula escogida por Martha Báez García, coordinadora del Centro de Diagnóstico y Orientación en el municipio Camagüey, para dialogar con los trabajadores de la Delegación provincial del Ministerio de la Agricultura sobre el Proyecto del Código de las Familias.

Ver el Código como la fuente para proteger el amor de las familias en todas sus maneras fue el tema que guió el debate en la Delegación del Ministerio de la Agricultura en Camagüey

La complejidad de algunos términos les instó a buscar en alguien con conocimientos el guía perfecto para comprender a fondo el documento. Pues, además, como explicara el jurista de la entidad Jesús Alberto Acosta Leyva, “es momento de dejar de mirar el Código solamente como el papel que aprueba el matrimonio entre personas de un mismo sexo.

«Esto va más allá, por lo que hay que hablar mucho de esos otros derechos que pondera para evitar que por prejuicios sociales se supediten los derechos de todos”.

Y fue precisamente lo que Martha, quien fuera directora durante muchos años de una escuela de conducta, potenció en el intercambio. Sus primeras palabras estuvieron vinculadas con la importancia de lo socioafectivo.

“Hay padres, explicó, que consideran como lo más importante el regalo material que le puedan dar a sus hijos y olvidan lo útil de un abrazo. Cuando laboraba en el centro educativo a muchos les teníamos que explicar eso, para hacerles ver cómo cambia la actitud de un pequeño cuando se le da amor.

“Y ese amor viene con responsabilidades, pues somos nosotros los padres quienes cuidamos y velamos por los niños, porque es la familia esa primera escuela que prepara a las personas de bien del futuro.

“Además, es allí donde les debemos enseñar cosas como la necesaria igualdad en las responsabilidades del hogar, el uso de la comunicación como principal arma para la resolución de conflictos y otros elementos”.

El proyecto de ley pondera un documento que toma a los afectos como lema, como esencia. Por eso en más de 15 pautas emplea la palabra amor y no como mero vocablo, sino para evidenciar que tendrán tanto o más valor los vínculos afectivos.

Eso se los explicó Martha a los presentes, para que comprendieran las nuevas formas de parentesco de las que habla el proyecto, las cuales ya existían, pero que carecían de derechos.

Y también hablaron del papel de los abuelos, la protección de personas que tradicionalmente pueden haber sido discriminadas, de los adolescentes, de la eliminación de la violencia en todas sus variantes… y de otros muchos de los aspectos que requieren de una mirada diferente.

La sensibilidad, al decir de Martha, caracteriza al proyecto, por eso en cada debate que se haga del mismo debe prevalecer la premisa de que cada opinión cuenta, “que lo que digamos es para enriquecer la norma, un proyecto de ley que solo quiere proteger el amor y a las familias”.

 

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