Icono del sitio Trabajadores

Con el espíritu de Mariana de Gonitch

Con Mariana de Go­nitch (1900-1993) la cultura cubana siempre estará en deuda, aunque algunos a estas alturas no sepan de los apor­tes extraordinarios de esta soprano y pedagoga rusa.

Foto: Cortesía de Hugo Oslé

A Cuba consagró buena parte de sus es­fuerzos, de su labor como formadora, de su itinerario creativo. Sem­bró y recogió el fruto. Muchos de los más céle­bres cantantes, figuras esenciales del arte lírico nacional y también de la música popular, fueron sus alumnos. Ella fue una artista de trascen­dencia internacional, cantó con grandes de su época, en importan­tísimos teatros… y vino a vivir a aquí, a formar una familia notable para el arte.

Uno de sus más cer­canos y queridos discí­pulos y colaboradores, Hugo Oslé, se afana to­dos los días por no dejar morir el recuerdo de la maestra. Una década y media cumple la Aca­demia Nacional de Can­to Mariana de Gonitch, que él dirige.

Su creación en la Casa de la Cultura de Plaza significó una es­pecie de refundación de la institución de igual nombre que fun­dara Mariana en 1945. El empeño es ofrecer­les oportunidad a can­tantes que no posean formación profesional, que confluyan con ar­tistas profesionales.

El compromiso de la Academia con la historia y el devenir de la nación se evidencia con la participación en actos y jornadas patrióticas. Y también en la propia confor­mación del repertorio: La Lupe, La Clave a Martí, Girón, La Vic­toria… y otros clásicos del cancionero popular latinoamericano y de varios continentes.

Hugo Oslé es incan­sable, pareciera que lo animara el mismo es­píritu de Mariana. Ella es inspiración primera e impulso para conti­nuar.

Compartir...
Salir de la versión móvil