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¿El año de la Contabilidad?

La Contabilidad ha estado carente de la atención que merece. En muchas entidades no se considera una herramienta imprescindible para dirigir y eso ha desmotivado, en buena medida, a quienes estudiaron o se ocupan de llevar ese sistema de registros y análisis.

 

 

Me remito a la entrevista realizada hace algún tiempo a Elia Ruiz Betancourt, una experimentada economista cubana, en la cual afirmó: “La contabilidad surge de la necesidad de extraer de las resoluciones vigentes, hipótesis fundamentales y normativas de los organismos superiores y rectores de la actividad, aquellos aspectos y cuentas que se utilizan en cualquier entidad para facilitar su consulta y aplicación.

“Debe ser oportuna, razonable, sistemática e interactuar permanentemente con el resto de los decisores y trabajadores para garantizar sus objetivos; brindar información confiable, lo cual posibilita adoptar decisiones y corregir las desviaciones de los planes y presupuestos, garantizando así la comprobación del uso, explotación y disponibilidades de los recursos materiales y financieros.

Foto José Raúl Rodríguez Robleda

“Tiene asimismo que responder a las características de la acción fundamental para la que se construye, y permitir, respetando el rigor necesario, la adecuación a los cambios estructurales, regulatorios y otros que puedan surgir en el transcurso de un ejercicio o período determinado”.

Y agregó:

“Una de las responsabilidades mayores que tiene un económico o contador en una entidad es hacer que la información contable y financiera sea utilizada por sus directivos como herramienta efectiva e imprescindible de dirección, aunque esta es una tarea que resulta difícil y maltratada en algunos casos.

“Ese comportamiento puede verse a través de dos vertientes: la primera es la del contador que no es capaz de mostrar valoraciones motivadoras o retadoras que mejoren los resultados multilaterales de su entidad. La segunda radica en las administraciones que no quieren evaluar resultados negativos por temor, o simplemente asumen posturas prepotentes o alejadas del centralismo democrático”.

Ahí radica la esencia del asunto. Por razones obvias ese comportamiento debe ser revertido y situar, de una vez y por todas, a la Contabilidad en el sitio que le corresponde y conferirle la importancia debida.

Aprecio que en los más altos niveles de dirección y en la mayoría de los académicos hay consciencia plena de ello. Una de las evidencias al respecto son los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros y que aparecen en la Gaceta Oficial ordinaria número 64.

El primero de ellos está dirigido a aprobar las medidas para el fortalecimiento de la Contabilidad en las entidades del país, encaminadas a lograr los objetivos fundamentales siguientes:

El programa integral que pretende dar solución a las causas que motivan algunas deficiencias en la contabilidad y el Control Interno de entidades pertenecientes al sistema empresarial, las unidades presupuestadas y ahora, los nuevos actores económicos que asumieron personalidad jurídica, debe dar al traste con los problemas acumulados y darle un vuelco de hoja a la desatención y la falta de consideración oportuna, a la vez que propicie el mejoramiento de la atención al personal que se desempeña en esas funciones y a sus condiciones de trabajo.

Puede este 2022 ser el año de la Contabilidad en Cuba siempre que se mantenga el control, el análisis oportuno y que lo acordado y definido no quede solo en meras intenciones.

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