Algunos televidentes han expresado ciertas opiniones sobre el programa Danzoneando, que transmite la Televisión Cubana. Si es un programa dedicado al danzón, ¿por qué se toca y se baila tanto mambo? Y no solo mambo, también chachachá, y otros géneros musicales y danzarios del acervo popular de este país.
En ese propio programa se ha dado respuesta a esa inquietud. Danzón, bolero, chachachá, mambo… son expresiones de una misma sensibilidad, de un temperamento, de una identidad. Frutos de un mismo árbol, de una misma cultura. Y las fronteras entre unos y otros, más allá de peculiaridades rítmicas, de cierta vocación estilística, no son rígidas, ni inamobibles. Es más, el desarrollo de cada una de estas expresiones, su consolidación en el panorama sonoro de la nación, se ha dado en buena medida en singular encadenamiento, evolución de un género que va propiciando otros caminos.
Mucho se ha escrito sobre el tema. Y hay varias investigaciones en el Centro de Investigaciones de la Música Cubana, que dirige la incansable musicóloga Laura Vilar.
Así que la variedad en el repertorio que asume la orquesta Failde, la anfitriona del programa Danzoneando (uno de los programas con excelente factura ahora mismo en la Televisión Cubana), ese repertorio variopinto, no solo es legítimo, sino que es lógico, natural. Porque la música popular cubana no puede ser asumida a partir de estancos, es también un ajiaco, como decía el inmenso Fernando Ortiz.
Se pueden identificar (y saborear) sus principales ingredientes. Pero juntos, muy bien sazonados, tienen un sabor muy especial.