Con los trabajadores hay que consultarlo todo y aprovechar con más eficiencia sus iniciativas creadoras. Juntos, en pensamiento y acción, deben andar los administrativos y el sindicato, que es decir dirección y trabajadores, porque unidos devienen fórmula idónea para una obra mejor.
Esa es la esencia de nuestro sistema político y llevar su formulación a la práctica constituye una necesidad impostergable en la edificación de la sociedad socialista próspera y sostenible a la que aspiramos los cubanos y ese objetivo declarado requiere de compromiso colectivo que funda bases sólidas en un contexto de muchas complejidades signado por el recrudecimiento del bloqueo norteamericano y la COVID-19, un binomio que genera múltiples obstáculos.
Esos principios fueron ampliamente debatidos en el balance del Buró Provincial del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción en Las Tunas, en cual se expusieron los retos que enfrenta este sector de trascendental importancia en la gran mayoría de los programas de desarrollo económico y social, y las inversiones que con ese fin acomete el país en medio de dificultades objetivas generadoras de muchos escollos.
Elizabeth Torres Machado, secretaria general de ese órgano de dirección, reseñó en el informe central los principales retos de hoy, que van desde la necesidad de continuar escalando peldaños superiores en el funcionamiento de la organización sindical hasta fortalecer los espacios, desde los cuales se eleve la eficiencia en la gestión con el ímpetu de sus afiliados estatales y privados.
Sobre ese asunto, Norberto Galeano de la Vega, miembro del Secretariado Nacional de esa organización obrera, enfatizó “el sindicato tiene que aprender a caminar con sus propios pies, funcionar y hacerlo bien. Exigir porque todo se discuta y apruebe con los colectivos” y puso énfasis en los destinos de las utilidades destinadas a mejorar condiciones de vida y de trabajo.
El dirigente sindical llamó a acercarse a las universidades para buscar soluciones con la ciencia como guía, promover la creación y consolidación de los grupos de vigilancia tecnológica por la contribución que están llamados a dar en la calidad y la eficiencia de la gestión empresarial.
También, convocó a un mayor aprovechamiento de las amplias reservas de barro disponibles en la geografía local como elemento para complementar los recursos de construcción.
Este territorio adolece de grande inversiones y cuando esto sucede “la construcción sufre”, aseveró Oscar Ayala González, director de la Empresa de Mantenimiento Constructivo, “en el 2021 tocamos fondo, pero estamos saliendo a flote, dijo, con el apoyo de los 391 trabajadores de la industria que son los que empujan las tareas”.
No obstante, Ayala González detalló las acciones que realizan para la reanimación de la producción de lozas de azotea, coloniales y antiácidas, que tienen mucha demanda entre la población y las industrias del país y hoy son escasas las ofertas, lo que les augura mejorías en el desempeño. “No lo duden, vamos a salir a delante con el apoyo de nuestros trabajadores”, sentenció.
Otro tema debatido fue el referido a la construcción de vivienda, a la cual este año se le asignaron 176 millones de pesos, pero hay muchos constructores que ven con desagrado sus aportes en esta actividad y la poca atención que se les brinda a sus problemas habitacionales, una situación que merece estudio, atención y solución mediante un programa racional que los beneficie.
También se resaltó el aporte de los innovadores y racionalizadores a la sostenibilidad de los procesos productivo y la violación en algunos centros de la Ley 38, la cual ampara el reconocimiento y la remuneración a las soluciones logradas y quedó clara como causa principal el débil funcionamiento de los comités encargados de su representación y la falta de apoyo administrativo.
En los debates primó la decisión de seguir aportando al desarrollo de la nación y de asumir con creatividad las tareas porque reconocen su protagonismo en la defensa de las conquistas de la Revolución.
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