Pedro Jova hizo historia como jugador: novato del año, torpedero regular de los equipos Cuba, bateador más que inteligente. Tras su retiro también marcó pauta: tres oros y dos platas, único mentor con cinco finales discutidas de manera consecutiva. Se tomó un descanso, regresó ahora con Villa Clara y ya está ganando elogios.
Los naranjas (Leopardos o Azucareros, según les guste) son los de mayor OBP (411), los segundos que más carreras anotan (187) y mayor intentos de bases robadas acumulan (39, de ellas 19 efectivas), terceros en promedio de carreras limpias (4.00) y solo en la defensa no han tenido buena campaña con 36 pifias.
Pero lejos de los números, impresiona que con casi la misma nómina de los últimos años, Jova haya demostrado que puede pelear por un campeonato tal y como lo hicieron hace cuatro años frente a Las Tunas. Juan Carlos López, Reidel Pedraza, Pestano Junior, Magdiel Gómez, se unen a la experiencia de Yeniet Pérez, Yurién Vizcaíno y Leando Turiño con el madero; mientras Alaín Sánchez y Elier Carrillo tiran de los lanzadores con Randy Cueto y Raidel Alfonso como los apagafuegos más seguros.
Para la Serie Nacional, que Villa Clara, junto a Santiago de Cuba, Industriales y Pinar del Río clasifiquen para discutir los podios es una referencia a que la historia de estos equipos no muere. Sin embargo, seamos honestos, el regreso de Pedro Jova es también un examen de justicia con un manáger al que jamás se le dio una selección nacional para dirigir, a pesar de sus notables premios. De palabras precisas para momentos exactos, el otrora torpedero solo reconoce que se siente feliz con el desempeño de sus muchachos.
Y toda la afición, más allá de la villaclareña, también lo estamos. ¡Qué viva la magia de Jova! ¡Qué se replique en más provincias!.
