El PSG pasó por Niza con más pena que gloria, derrotado en el último suspiro (1-0). El cuadro de Pochettino sufrió en sus propias carnes lo que tantos de sus rivales han soportado esta temporada: perder en el tramo final. Mal negocio para el cuadro parisino, no tanto por el resultado ni por las consecuencias sino por la imagen que transmitieron sus futbolistas antes del choque en Madrid que marcará para bien o para mal el resto de temporada.
El PSG evidenció sus achaques sin Mbappé, mucho más limitado que cuando cuenta con su mejor futbolista. El francés, sancionado, se quedó en casa a la espera de su noche más mediática en el Santiago Bernabéu. El equipo, también con la cabeza en Madrid, no pudo hacerle cosquillas a un Niza bien apiñado que supo neutralizar cualquier intento en un primer acto en el que ni Messi ni Neymar alardearon de su abanico de recursos.
Pochettino optó por Keylor Navas, buena pista para entender que Donnarumma tiene muchos números de ser titular en Champions. El arquero costarricense tuvo que salir al paso tras el empuje inicial del Niza, que en apenas cinco minutos le probó en un par de ocasiones a través de las botas de un eléctrico Gouiri. Superó esos dos malos momentos el PSG pero no se sintió cómodo con la pelota, sin fluidez a pesar de la presencia de Verratti.
Solo un contragolpe del cuadro parisino amenazó a su rival. Neymar dio carrete a Di María, pero el argentino falló en el mano a mano. Poco más para el PSG, cortocircuitado por un Niza con mucha fibra, experto en negarle espacios en todos los enfrentamientos de esta temporada: acabó 0-0 el encuentro de la primera vuelta y 0-0 el de Copa de Francia. El veterano Dante, con 38 años, y el joven Todibo, con 22, redujeron cualquier tentativa visitante.
Tiene Pochettino un problema. La unidad B no se parece a la A ni se le acerca. Los seis cambios que introdujo el entrenador argentino en Niza se hicieron notar en un equipo que tiene preocupaciones mucho más importantes con la liga sentenciada. El segundo tiempo fue un paseo por el desierto, sin sensación de peligro real ni para el meta del Niza ni tampoco para el del PSG. Un equipo se mimetizó con el otro en una noche con pocas noticias.
Ni Neymar ni Messi inquietaron al Niza en un partido en el que se esperaba que pudieran paliar la ausencia de Mbappé. No hubo suerte porque tampoco acompañó el equipo, a bajas revoluciones. Kluivert, en un despiste del PSG, pudo darle el triunfo a su equipo. Fue Delort quien se lo dio a poco para el final tras una pérdida de Neymar. Stengs puso el balón al segundo palo para que Delort fusilara a Keylor Navas. Mal momento para perder antes de ir al Santiago Bernabéu.