Volver a presentar pérdidas de más de 38 millones de pesos no es algo que pueda aguantar la Empresa Pesquera de Camagüey (Pescacam). Los trabajadores lo saben y sus bolsillos lo sienten.
Luego de un 2020 sobre lo normal, el pasado año fue una hecatombe para estos camagüeyanos, por eso, y para no volverlo a sufrir, durante la asamblea para la presentación del plan y el presupuesto la estrategia fue clara: revisar las partidas, ahorrar todo lo que se pueda y producir y capturar cada vez más.
En consonancia con esta máxima, que los guía desde finales de 2021, una de las acciones ha sido la construcción y reparación de neveras, con medios propios. Esto, como explicó Ricardo Miranda Quiroga, director de la UEB Estrella Roja, permite ahorrar combustible y alargar el ciclo de recogida, y ha ayudado a la disminución de los costos.
Y es que, aunque hayan querido capturar más peces, sembrar más alevines o entregar mayores producciones industriales, la falta de gomas, de tractores, de materias primas y la no terminación de cuatro barcos les jugó una mala pasada.
No obstante, gracias a un poco de CL pudieron adquirir y poner en marcha algunos motores de cuatro tractores, que resultaban fundamentales para el transporte ligero; y con soluciones locales construyeron transmisiones de conjunto con la Empresa Militar Industrial Planta Mecánica. Algo, pero no lo suficiente.
Jesús García Collazo, director de la entidad, confirma que el 2021 fue uno de los peores años, en el cual, incluso, tuvieron que detener industrias por la gran cantidad de trabajadores que tuvieron que aislarse debido a la situación sanitaria.
Eso, unido a los cambios generados por la tarea ordenamiento en los costos y problemas de eficiencia, imposibilitaron que generaran utilidades y que esa parte móvil del salario, fuera solo un sueño para los trabajadores.
Es en ese sentido, que los presentes en el encuentro reafirmaron la necesidad de encontrar opciones que le permitan incrementar producciones y la eficiencia, pues en una empresa con mala situación, nadie querrá trabajar.
Otro elemento, que también los afectó y puede continuar haciendolo, es el agua. La sequía y la disminución del líquido en algunos embalses imposibilita la siembra y el bombeo, por lo que Juan José Mena Lorenzo, jefe de la división pesquera del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA) instó al aprovechamiento de las zonas aguas abajo.
“Camagüey y Sancti Spíritus, añadió, definen el programa de captura de alevines, por lo que no podemos cruzarnos de brazos. Hay que buscar cada lugar que tenga agua y sembrar ahí”.
Una variante, ya dialogada, resulta el vínculo con la Agricultura, específicamente con el programa arrocero, pero la morosidad ha caracterizado el avance de la idea.
Pero en lo que se concreta esa idea, así como la revisión de la ficha de precios, ya que Pescacam es de las que más bajo oferta sus elaboraciones en el país, otras muchas acciones se pueden fomentar.
El control de las aves depredadoras, de la pesca furtiva, el aumento de las producciones a exportar y el cumplimiento de las horas de trabajo pueden ser esos otros elementos, que bien ejecutados, contribuirían al necesario salto que requiere la entidad agramontina para producir todo lo que necesita y ser rentable.