Una primera fase de la campaña anti-rusa terminó la madrugada del 24 de febrero y continuó con lo previsto en los planes de Estados Unidos para atacar a la Federación Rusa con nuevas sanciones económicas, ya que ese era y es, el principal objetivo de Washington.
Decir qué hacen la Unión Europea (UE) y la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre los últimos acontecimientos sería seguirle el juego al guión preparado por los servicios de inteligencia estadounidenses desde hace meses, que eligió como protagonista a un ex actor de la televisión y hoy Presidente de Ucrania.
A la culta Europa le tocó el papel de esperar el momento indicado, como si fueran integrantes de una orquesta para comenzar a jugar su papel de seguidores, tanto en lo civil como en lo militar, y a la orden del “director” hacer sonar sus instrumentos con nuevas sanciones, casualmente, todas en el orden económico.
La comedia continúa
En su último encuentro con los fieles representantes de la prensa, el Presidente Biden se presentó reiterando las mentiras elaboradas desde noviembre último acerca de una invasión que nunca existió y mostrando su compasión con los “pobres ucranianos que sufren los apetitos de poder de Vladimir Putin, empeñado en volver a convertir su país en una nueva Unión Soviética”.
Supuestamente, tal como anunciaran durante semanas importantes medios de prensa estadounidenses, británicos y alemanes, lo esperado era una invasión durante la cual la maquinaria militar rusa exterminara a civiles, destruyera ciudades y ocupara el territorio ucraniano, tal y como históricamente ha hecho EE.UU. y la OTAN.
Quienes se llevan los aplausos son los medios de prensa que sin pudor alguno repetían las falsedades de sus respectivos gobiernos, acerca de si la invasión era hoy, o mañana, con precisión de hora o, como señalara un medio digital alemán; la invasión comenzó, aunque minutos después quitaron el titular.
Mucha preocupación por una invasión que no llegaba, aunque nadie hablaba de los años en que miles de inocentes murieron o resultaron heridos en los territorios en disputa a manos de la maquinaria militar ucraniana.
Al actor se le acabó lo escrito en el libreto, luego de reclamar más ayuda militar y económica, romper relaciones con Rusia y llamar a la búsqueda de una solución al conflicto, luego de endeudar al país con la ayuda en armamento recibida de EE.UU. y varios países de la OTAN.
¿El mundo post-pandemia?
Economistas, académicos y personalidades de todo el planeta tratan de mostrar el mundo post-pandemia y lo que auguran son graves problemas económicos y un mayor nivel de desigualdad social.
Evidentemente los gobiernos que han hecho y deshecho todo lo que han querido a nivel internacional han decidido luchar contra dos países que califican como enemigos, dado su desarrollo y potencialidades en lo económico y militar; la Federación Rusa y la República Popular China.
Europa no es el mundo y la tan traída y llevada democracia no es de propiedad particular. Los que bombardearon a Europa a fines del pasado siglo fueron los propios europeos, bajo el mando estadounidense (una vez más).
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, está dispuesto a enviar una delegación a Bielorrusia para que participe en unas negociaciones con la parte ucraniana en Minsk, declaró el viernes 25 de febrero el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. Según declaraciones en Rusia Today.
Se trata de un proceso en pleno desarrollo. En camino está la solución a un problema creado y estimulado por los mismos que han bombardeado, ocupado y masacrado a pueblos en “aras de la democracia y la libertad.”
La historia no termina ahí, se debe esperar para ver si las palabras, las mentiras y las sanciones seguirán imponiéndose.
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