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De menos 1 a 63 (+ Fotos)

Liliam Serra­no Silveira es una corajuda como tan­tas otras que en este archipiélago de­muestran que la tierra sirve porque hay hombres y mujeres que sirven.

El autoabastecimiento municipal apuesta también por diversificar producciones, y en El Alambre, en San Luis, se estimula la siembra, cosecha y beneficio del frijol. Foto: Betty Beatón Ruiz

Hace menos de un año dejó el miedo y las du­das atrás para fraguarse su propio camino como ganadera. No lo hizo de cero, lo hizo de menos 1.

Entre el empeño personal y el financiamiento del Banco de Fomento Agrícola, Liliam Serrano logró que el marabú de la tierra recibida en usufructo fuera cosa del pasado. Foto: Betty Beatón Ruiz

Dio el salto del cómodo hogar, en el santia­guero municipio de San Luis, para empoderar­se, en 26 hectáreas, de tierras ociosas entrega­das en usufructo, tan llenas de marabú pesado como las ganas de ella y su hijo, Oscar Altires Serrano, de demostrar que sí podían.

Fue el otro parto de su vida. Con toda in­tención lo nombró El Renacer: fecha de naci­miento, abril del 2021.

“Solo yo sé el desgarro interior que me causó, los tropiezos, las caídas, las levantadas, las trabas reales y mentales que enfrenté… y junto con ello, por fortuna, las satisfacciones que me va dejando”.

Un apoyo de valía para afincarse en sus pro­pósitos fue la aparición del Banco de Fomento Agrícola, del cual recibió 813 mil pesos para la siembra de forraje y la chapea de marabú, pa­gaderos en 15 años y sin intereses, teniendo en cuenta el destino de ese dinero.

A la luz de estos primeros meses del 2022 ya no queda planta invasora en sus áreas y 61 ca­bezas de ganado se enseñorean en aquel lugar con perspectivas de crecer.

“Cada amanecer entrego 25 litros de leche a la industria láctea del territorio, y hasta la fecha he aportado 2,6 toneladas de carne de res con beneficios directos para los propios sanlui­seros a partir de las bondades de una de las 63 medidas aprobadas para el sector agrícola”.

 

Producir adentro para mejorar a los de adentro

Cuando la joven Yanisleydis Hurtado llegó a la viceintendencia del Poder Popular en San Luis para atender la esfera agroalimentaria, ya el programa de autoabastecimiento municipal te­nía camino transitado. No obstante, reconoce que no fue hasta el 2019 cuando alzó vuelo, aún a muy baja altura, pero vuelo al fin y al cabo.

“A partir de la entrada en vigor de la nueva Constitución de la República, en la que se con­signa el mayor protagonismo de esta estructu­ra de gobierno, se da el despegue. En San Luis avanzamos y vamos consolidando esa misión con acciones diversas.

“Fomento de polos productivos, entrega de tierras ociosas, materialización de proyectos con diferentes vías de financiamiento, son algunas de las cuestiones que han aportado a tal fin, corona­das con las 63 medidas de las que tanto se habla.

“Al cierre del 2021 de lo establecido para sa­tisfacer las necesidades nutricionales per cápita para un mes (30 libras –viandas, granos, horta­lizas y frutas—, más cinco kilogramos de proteí­nas) se concretaron 29 lb y 2,1 kg, respectivamen­te, cifras que dicen a las claras que aún falta para llegarles como debe ser a los 79 mil habitantes del municipio”.

A esos vacíos que existen, notables en la coti­dianidad, hay que sumarles, tal y como reconoce la viceintendente, la inconformidad con la varie­dad de los mencionados surtidos, en tanto el pueblo busca más que fongo, con la aspiración de acceder también a algo más que carne de puerco, a pesar de lo esquiva que se ha vuelto en los últimos tiempos.

 

De los papeles a la mesa

Viandas, hortalizas, granos, frutas, carnes… tienen que dar el salto del papel a la mesa, pero poseen alas débiles, algunas ni siquiera emplu­man todavía.

Prevista para ser desintegrada la UBPC Janate logró renacer de sus propias cenizas gracias a la materialización de algunas de las 63 medidas adoptadas en la agricultura cubana. Foto: Betty Beatón Ruiz

Ejemplo de esto último está en la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Ja­nate, estructura ganadera a la que la palabra caos le quedaba pequeña:

“Un millón 700 mil pesos de pérdida, deu­das acumuladas en todos los órdenes, entre es­tas varios meses del pago de anticipo a los coo­perativistas, éxodo de fuerza de trabajo, más del 65 % de sus 204 hectáreas colmadas de ma­rabú, solo 91 animales, 13 litros de leche diarios y el anuncio de que sería desintegrada.

“Pero nos salvó la campana, o mejor, las 63 medidas”, comenta Yosnaika Espinosa Leyva, económica de la UBPC.

“Yo no quiero ni imaginar qué sería de no­sotros si eso no hubiera aparecido”, dice Esmel­do Rojas González mientras su hijo de 19 años, Esmel Rojas López, también integrado a la UBPC, asiente con la cabeza.

“¿A dónde iríamos, de qué viviríamos si por es­tos rumbos no hay nada más que la agricultura?”.

Oxigenados con 763 mil 979 pesos para la chapea de marabú por la vía de la Resolución 173 (para el otorgamiento de créditos destina­dos a financiar ramas y programas priorizados por el país), y 378 mil 381 para la siembra de fo­rraje por parte del Banco de Fomento Agrícola, Janate empluma desde abril del pasado año y se fortalece para el despegue que aquí también es a partir de menos 1.

“Avanzamos por día en la limpia del mara­bú, crecimos en la masa (112 cabezas) y en la entrega de leche (75 litros diarios)”.

Como ellos, salvando las distancias en el orden del deterioro económico que mostraban, otras 30 estructuras productivas de San Luis se beneficiaron en el 2021 con 9 millones 780 mil pesos por la vía del Banco de Fomento Agrí­cola, según precisiones de la ingeniera Meybis Moya, jefa de Desarrollo de la delegación muni­cipal de la agricultura.

La funcionaria precisó que están a la espe­ra de lo que sucederá en materia de financia­miento por esa vía en el 2022.

“Volveremos a apostar por el fomento de yuca, plátano, guayaba, frijol, la mejora ganadera y la siembra de alimento animal con la vista puesta en el autoabastecimiento municipal”.

A ese punto se dirigen buena parte de las miradas en San Luis; ahí van las manos que trabajan las 5 mil 400 hectáreas de superficie agrícola, con una importante porción distribui­da en los polos productivos El Alambre y Las Mercedes; en ello se ponen las esperanzas de crecer, de que desde el municipio lo que dice el papel se haga realidad.

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