Con solo mirarlo te sorprende su sencillez, locuacidad y laboriosidad. Ama el lugar donde trabaja, al que llega en la madruga y regresa varias veces al día para mantenerlo limpio, higiénico y preservar sus valores históricos y ambientales.
«Atiendo una parte importante de ese parque, situado en la Plaza Mayor de la ciudad de Marta y el Che, y que da al Preuniversitario Osvaldo Herrera y el hotel Santa Clara Libre. Mi área siempre está que brilla; la barro, la cuido mucho. Todos me conocen, me saludan y siento que me quieren», afirmó con orgullo.
Hasta Leonardo llegan niños que le muestran cariño: «Imagínese Ud. vi enamorarse a sus padres, ahora los veo corretear a ellos por el parque. Eso me dice que me he puesto viejo, pero también he visto pasar la vida con satisfacción y amistad», afirmó con filósofo.
Durante algunos años Leonardo cuidó únicamente la glorieta de este parque, que es Monumento Nacional, pero es el guardián de la estatua de Doña Marta Abreu, patriota y Benefactora de Santa Clara, quien apoyó desinteresadamente la lucha mambisa que gestó José Martí.
«Hay que cuidar este parque, por su belleza y valores que son nuestros. Soy felíz de hacerlo, y por eso me siento útil, es lo más importante», concluyó y continuó con su faena, solo interrumpida por algunos su conversación con Trabajadores.