La Educación Superior cubana es determinante en el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación (SCTI) y está implicada en la elevación de su efectividad e impacto económico y social con énfasis en la integración de los procesos universitarios, la interrelación de actores y la formación, superación y capacitación de profesionales.
Tal idea la ratificó hoy el Titular del Ministerio de Educación Superior (MES), al participar junto a otros ponentes nacionales y extranjeros en el Foro de Ministros y Autoridades de Educación Superior, como parte del congreso internacional Universidad 2022.
En una de las salas del Palacio de Convenciones, colmada de participantes, Saborido abordó en su conferencia —titulada El futuro de la Educación Superior por un desarrollo sostenible e inclusivo— que en Cuba el sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación ha creado, como nunca antes, un escenario favorable para el fortalecimiento del impacto de la Educación Superior en la sociedad, sin excepción de actores económicos.
En tal sentido comentó que no es casual que en el periodo 2019-2020 —y fieles a la tradición de priorizar la investigación científica—se aprobaron un conjunto de normas jurídicas para apoyar a la ES y al SCTI con incidencia directa en el sector productivo, la administración pública y los territorios.
Explicó que en las nuevas condiciones se ha favorecido la puesta en práctica de diferentes variantes para impulsar el vínculo de las universidades y las entidades de ciencia, tecnología e innovación con sectores estratégicos para el desarrollo económico y social del país, obteniéndose importantes resultados en la producción de alimentos, los programas energéticos, los recursos hidráulicos, las Ciencias Sociales, las telecomunicaciones y la informatización de la sociedad.
Asimismo, destacó la participación de expertos y universitarios en el perfeccionamiento de políticas, la administración pública, y el sistema empresarial, entre otros.
Mencionó la creación de los parques científicos-tecnológicos (ya creados en las universidades de Matanzas y en la de Ciencias Informáticas) y los vínculos de las universidades y los centros de ciencia, tecnología e innovación con las entidades productivas y de servicios.
Lo avanzado en los últimos años —precisó— no significa la ausencia de factores adversos, objetivos y subjetivos, que inciden en los resultados, y comentó que aún resulta insuficiente la conexión de las universidades y las entidades de ciencia, tecnología e innovación con los sectores productivos de bienes y servicios.
Destacó que la Educación Superior es un actor clave para impulsar el desarrollo local, ya que buena parte de su potencial humano más capacitado está presente en todas las provincias y en la casi totalidad de los municipios a través de los CUM; aliados fundamentales de los gobiernos y demás actores locales.
En otra parte de su intervención, significó que todas estas acciones de la ES tributan, a su vez, a la Agenda 2030 y a sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Ello explica, aseveró, que nuestras universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación estén haciendo significativos aportes a la interpretación nacional de la agenda 2030, a partir de la articulación de los indicadores y metas del proyecto estratégico del MES con las metas e indicadores de los ODS.
Al referirse a los desafíos actuales de la ES a escala mundial, dijo que en el caso de Cuba estos, además, se exacerban por el injusto e inmoral bloqueo de los Estados Unidos.
Será necesario continuar buscando las vías para aumentar la inversión en el sistema de ciencia, tecnología e innovación; consolidar la ES como parte integral de ese sistema, y fomentar las investigaciones con enfoque transversales y multidisciplinarios en aquellas temáticas que generen beneficios a la sociedad.
Para alcanzar estos propósitos, lo primero —acotó— es desarrollar la propia Educación Superior, la cual debe contribuir de forma sustantiva a la transformación digital del país, en términos de informatización de la sociedad, de la industria del soft, y la industrialización avanzada.
Exhortó a utilizar cada vez más las tecnologías de punta sin olvidar los conceptos éticos imprescindibles para preservar que el desarrollo sea socialmente responsable.
Las tecnologías de la información y la comunicación en la Educación Superior deben favorecer, gradualmente, la creación de nuevos entornos de aprendizaje, así como el desarrollo de las competencias necesarias en los docentes y en los estudiantes.
El intercambio académico y científico, la participación en redes, la identificación de proyectos desarrollo de cooperación como parte de la internacionalización, junto a proyectos de servicios académicos, científicos, técnicos y profesionales, favorecerá la integración con otras regiones del mundo, apuntó.
El Titular cubano resaltó el desempeño de las universidades, sus estudiantes y trabajadores, en la prevención y el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19 y reconoció a todos “los universitarios que en cualquier lugar del mundo han dado muestras de humanismo, solidaridad, y compromiso social”.
Y a propósito de ello, mencionó la participación de las instituciones de la Educación Superior en el proyecto y la patente del candidato vacunal Soberana 02, la creación de los laboratorios de síntesis químico, y la modelación matemática, entre otros.
Haber logrado vacunas propias, otros medicamentos y terapias ha sido crucial, estos logros son resultado de la ciencia acumulada, impulsada por el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, y por la gestión del conocimiento y la innovación que de manera protagónica ha potenciado y dirigido el presidente Miguel Díaz Canel-Bermúdez, sentenció.
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