La compleja realidad con que se desenvuelven las labores de la actual zafra azucarera, sobre todo por la combinación de recursos insuficientes, bajas eficiencia y disponibilidad de caña y las indisciplinas fueron analizadas por el Secretariado nacional del Sindicato de Trabajadores Azucareros (SNTA).
Los dirigentes sindicales evaluaron los resultados económicos del sector al cierre del 2021, el comportamiento del empleo y los salarios, la eficacia de la aplicación de los sistemas de pago, la estimulación; el delito, la corrupción, las ilegalidades, así como el funcionamiento de las estructuras del SNTA.
“La zafra no empezó bien y no se ha recuperado”, afirmó William Licourt González, secretario general del Sindicato Azucarero, a pesar de reconocer la voluntad y el compromiso que expresan los trabajadores. “La economía necesita aumentar la producción cañera y de azúcar, cumplir los planes por etapas y aprovechar los recursos que existen, pues están moliendo al 46 % de lo previsto.
De las 72 entidades del Grupo Azucarero, ocho lograron utilidades y 10 cerraron el calendario sin pérdidas; no obstante las pérdidas fueron inferiores a lo que había modelado la Tarea Ordenamiento. De las 445 unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) que forman la base productiva, 170 alcanzaron rentabilidad.
Son estas, entre las cooperativas de créditos y servicios (CCS) y las de producción agropecuaria (CPA) las de peores rendimientos agrícolas, indicador trascendental en el propósito de recuperar el sector cañero-azucarero. En ellas, el salario es algo superior a los 2 mil pesos, bajo teniendo en cuenta el promedio del país.
Los secretarios de los Buróes provinciales explicaron la tensa situación que se vive en todas las provincias, aunque hablaron de ejemplos en algunas empresas agroindustriales (centrales) que no tenían previsto moler, y el empeño de los directivos y el colectivo revirtieron lo previsto y están haciendo azúcar.
Julio Andrés Pérez, presidente del Grupo Azucarero Azcuba, en una exhaustiva explicación planteó que el concepto del plan, debido a su complejidad requiere que se vea y ejecute como un todo, en su integralidad, pues el azúcar es el producto líder del sector, y el futuro es la diversificación.
Dijo que no concuerda con la idea de cerrar un central ineficiente, que defiende a los cooperativistas; que cada entidad tiene que buscar caña suficiente para las molidas planificadas. ¿Qué pasaría en las comunidades de esos ingenios, emigrarían sus trabajadores?
Enfatizó que el central Colombia tiene que hacer el azúcar para la provincia de Las Tunas; que Holguín cuenta con personal preparado para las actividades de zafra, y en todo el país los cuadros tienen que actuar como empresarios. “Tenemos que dar la respuesta que necesita el país, no podemos renunciar al plan”.
Así cuestionó sobre situaciones en otras industrias y provincias, y advirtió lo imprescindible de sembrar caña para garantizar en corto plazo la materia prima para la diversificación, de moler toda la caña que existe aún en una provincia vecina, y reconoció el esfuerzo de los macheteros de Guantánamo donde hay deficiencias industriales.
Llamó a los trabajadores a custodiar los bienes y recursos, e instó a “cuidar que al sector no le entre el bicho de los altos precios”, en alusión a los servicios que les brindan, entre ellos la alimentación.
La creación de los colectivos laborales estuvo en el análisis de los dirigentes sindicales. El Presidente de Azcuba recomendó constituirlos en las entidades que reúnan condiciones, no por cumplir un mandato o cifra, y que sea real, tanto como el central, la base productiva; que defienda los valores, las riquezas creadas y no sean partícipes de conductas reprobables e indisciplinas.
Recomendó el trabajo mancomunado entre las administraciones y el sindicato, que deben caracterizar a los colectivos y trabajadores; conocer sus problemas familiares, ser oportunos, caminar el central, los cañaverales. “La clave es estar con la gente”.