“¿Disponible yo?”, preguntó con cara de asombro Manuel Fernández, trabajador del Coppelia Prado, de la ciudad de Cienfuegos. Y afirmó: “Pero si llevo 25 años aquí y he sido cumplidor, disciplinado, respetuoso…, y me falta poco para jubilarme”. Quien le dio la infausta noticia solo se encogió de hombros. “Pues voy a reclamar”, apuntó Manuel.
Los procesos de interrupción y disponibilidad laboral, provocados fundamentalmente por la dura situación económica que afronta el país, la cual dificulta la adquisición de recursos y materias primas, siempre resultan traumáticos porque no solo queda afectada la persona, sino también su familia, máxime en momentos donde los precios andan galopantes y el poder adquisitivo del dinero se reduce cada vez más, sin que aún pueda verse la luz al final del túnel.
Si a eso se le suma que no todo es ejecutado con el rigor necesario y las administraciones violan pasos y orientaciones, y no tienen en cuenta o han dejado de realizar la evaluación periódica del desempeño, y además, la dirección sindical se desentiende o despreocupa en demasía, el asunto se hace más complejo aún.
Las consideraciones al respecto son múltiples y diversas. Vale la pena tenerlas en cuenta para poder hacer un razonamiento lo más adecuado posible. Con estas líneas Trabajadores buscó un acercamiento periodístico a tan complicado tema.
Garante
El objetivo número 8 del XXI Congreso de la CTC plantea: “Prestar especial atención al tratamiento de las interrupciones laborales y exigir la reubicación de los trabajadores afectados”.
¿Se cumple ese propósito?
Carlos Rafael Quintero Cabrera, secretario general del buró sindical de la Empresa Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes y miembro del Secretariado Provincial de la CTC, consideró: “Cuando se llega al órgano de justicia laboral algo se hizo mal anteriormente. Hoy es extraordinario para cualquier familia que uno de sus integrantes quede interrupto o disponible. El sindicato no puede estar ‘fuera de frecuencia’. Hay que preguntarse: ¿pueden evitarse los errores? Deben analizarse con profundidad las posibilidades. En fin, hay que conocer con exactitud lo establecido para evitar problemas”.
Esperanza Suárez Argudín, miembro del Secretariado de la CTC en esta provincia, señaló: “Al sindicato le corresponde estar al tanto del proceso e influir. Existen entidades que han accionado de manera correcta, pero otras no”.
Las deficiencias principales en el desarrollo de los procesos han sido: defectuosa planificación, organización y control; falta de capacitación de los comités de expertos; expedientes laborales desactualizados; deficiente o nula calidad de las evaluaciones del desempeño, lo que impide contar con la información adecuada para proponer a los más idóneos, e inadecuada información a los integrantes de los colectivos, lo que propicia la desmotivación y el malestar.
Sentir confianza
Mayté Yera Santana, secretaria general de la CTC en esta provincia, precisó: “Disponible significa quedarse sin trabajo, y eso hay que entenderlo de esa forma. Por las características de esos procesos debe fortalecerse la atención, evaluación y exigencia por parte del sindicato, en su papel de representante de los trabajadores y defensor de sus derechos.
“Donde se ha hecho mal es porque ha faltado influencia y control de la dirección sindical. Los trabajadores tienen que sentir confianza en que se ha actuado adecuadamente. La evaluación del desempeño es una fortaleza muy importante. Es necesario preparar más a los especialistas en recursos humanos”.
En la búsqueda de otras consideraciones obtuvimos la de José Caballero González, subdirector de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, encargado de atender el empleo, quien expresó que el pasado año y el 2020 no son medidores exactos de ningún indicador, pues aquí muchos centros tuvieron que cerrar, con la consiguiente afectación a una numerosa cantidad de trabajadores.
Manifestó que la mayor cantidad de plazas vacantes están en el sector agrícola, pero que hay dificultades objetivas para que quienes residen en localidades urbanas se trasladen a los polos productivos existentes.
Los directivos deben tener claro que ante la paralización de las actividades laborales el empleador prioriza la reubicación de los trabajadores en otras actividades, dentro o fuera de la entidad, incluidas las que se determinen por necesidad del territorio.
Roberto Betharte Mazorra, jefe del Departamento de Asuntos Laborales y Sociales de la CTC, consideró que es elevado el número de trabajadores interruptos y disponibles en los sectores primarios de la economía, como el industrial, la construcción, energía y minas; turismo, producción azucarera…, y señaló que en algunos casos se violan los derechos de los trabajadores y no se tiene en cuenta la Carta Circular número 15 y la modificación del artículo 78 del Reglamento del Código de Trabajo.
“A veces se declara una cantidad superior a la necesaria”, apuntó.
Como puede apreciarse, la ejecución de los procesos de interrupción o disponibilidad laboral tienen muchas aristas de influencia, por un lado, y por otro, no siempre el sindicato desempeña el papel que le corresponde, lo cual agudiza los problemas. Por tanto, debe dársele, por todos los elementos actuantes, la mayor atención al tema para evitar errores, como se hizo de manera acertada en reunión ordinaria del Secretariado Ejecutivo del Comité Provincial de la CTC, la cual aportó en Cienfuegos ideas valiosas y útiles para estas líneas.
Y la historia inicial tiene su conclusión: el trabajador Manuel Fernández apeló al órgano de justicia laboral y posteriormente a la Sala de lo Laboral del Tribunal Municipal. Y dieron Con Lugar su reclamación.
A buen entendedor, con ese ejemplo basta.