Millones de ciudadanos europeos y estadounidenses ignoran lo que acontece en la actualidad en un mundo cada vez más complejo por aceptar aquello de la “política es para los políticos”.
Ellos y millones de personas en otras latitudes tienen preocupaciones fundamentales, como no perder su trabajo y no enfermar con el virus, por solo citar las más importantes.
Si le comentan que hay peligro de una guerra allá en Ucrania, amenazada por una potencia militar, esperan por las acciones de su gobierno para “salvar a esa población”, no del comunismo o los terroristas, sino de la Federación Rusa.
Hace semanas, por no decir meses, los titulares de la gran prensa occidental repite hasta el cansancio el estribillo de la invasión rusa.
Les hacen creer para su tranquilidad lo mucho que hacen sus respectivos gobiernos para eliminar ese peligro y toman medidas en bloque para “disuadir” al enemigo.
Estados Unidos da el pie y los países miembros de la Otan le siguen el ritmo.
Disuadir sin importar los riesgos
Cualquier diccionario señala que “disuasión es el acto y el resultado de disuadir, hacer que alguien desista de algo o modifique su opinión” y también “el postulado que alude a la existencia de una estrategia para conseguir que un rival no inicie una determinada acción”.
La palabra clave es “un rival”, ya que la Alianza militar y los Estados Unidos necesitan de un enemigo para justificar sus acciones y en el caso de Europa, los países pagan y corren riesgos por seguir esa política.
Rusia ha reiterado, hasta el cansancio, que no amenaza con invadir a Ucrania y que sus militares permanecen cerca de la frontera con esa nación para evitar provocaciones.
Para disuadir a los rusos EEUU y sus aliados envían cantidades significativas de armamento a los ucranianos para que se defiendan en caso de ser invadidos.
Continúa el envío de barcos y aviones de guerra al Mar Negro, autorizan que naciones ex soviéticas transfieran armamento moderno a los ucranianos, sigue llegando armamento por otras vías y no se cansan de reiterar las amenazas a Rusia.
España se suma al aporte disuasivo, al igual que Gran Bretaña, y habría que estar muy desinformado para no darse cuenta que cada acción pretende presentar a Rusia como el gran enemigo.
Ganar por cualquier vía
Un colega español, desmovilizado de las Fuerzas Armadas de su país, recién planteaba una convincente tesis. Toda la propaganda va encaminada a demostrar que Estados Unidos y sus seguidores de la Otan no se equivocan.
Si Rusia no invade a Ucrania los titulares de la gran prensa afirmarán que fue a causa de la disuasión y si es lo contrario, aunque es poco probable, dirán que lo dijimos a tiempo.
En este macabro juego un solo país se ve amenazado y no solo con palabras, sino con acciones que en riesgo su seguridad nacional..
Rusia esperó la respuesta estadounidense, por escrito, acerca de la garantía para su seguridad nacional. Estados Unidos respondió, pero sin tocar el punto fundamental exigido por Moscú, la no expansión de la Otan hacia el este.
Al igual que una telenovela, cada capítulo diseñado para mantener la tensión sobre el problema presenta nuevas situaciones, pero siempre tratando de dejar mal parada a la Federación Rusa.
Las últimas informaciones las dio CNN al informar que Biden advirtió a Zelenski sobre la “certeza de invasión y amenaza de saqueo”, lo que rápidamente EEUU desmintió. Kiev hizo lo mismo.
En la susodicha publicación se afirmaba que Zelenski calificaba la amenaza como ambigua y Biden afirmaba que “era prácticamente segura, en febrero, cuando el terreno esté más congelado”.
Para el secretario general de la Otan, “no hay certeza sobre los planes de Rusia”, al ser consultados sobre la invasión.
Pero si de responsabilidad se trata, el ejemplo lo dio el canciller ruso, Sergei Lavrov, cuando afirmó; “si depende de Rusia, no habrá guerra”