La recuperación del zeopónico del matancero municipio de Cárdenas, históricamente una de las fuentes de más envergadura en la alimentación de los habitantes de ese territorio, le valió la bandera de Proeza Laboral a la Empresa Agroforestal de Matanzas (AGM), convertida en los últimos años en la mejor del país.
“A los hombres y mujeres de este gran colectivo se debe el retorno de un sitio con más de 700 canteros de gran dimensión, en un área de seis caballerías, vital para asegurar la venta y el consumo de hortalizas”, ponderó Osmar Ramírez Ramírez, secretario general del Comité provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
A juicio de Ramírez, aunque muchos planteles acudieron al zeopónico a realizar trabajos productivos, la heroicidad la protagonizó la Agroforestal, “por eso no podíamos menos que proponer la entrega de un estandarte de esta naturaleza, y ha sido aprobado”, resaltó.
El líder sindical celebró la coincidencia de entregarle la Proeza Laboral a este colectivo en el balance anual del Ministerio de la Agricultura en Matanzas, organismo prestigiado con el desempeño de altura de la Agroforestal, sostuvo.
Ramírez recordó con agrado que precisamente el día 28 de enero pasado se cumplieron tres años desde que la Agroforestal figurara en la selecta lista de los 80 centros galardonados con la Bandera por las ocho décadas del surgimiento de la CTC, lo que habla a las claras de la relevancia de sus resultados, ponderó.
Jorge Díaz Mirabal, director de la AGM, expresó a la web de Trabajadores el compromiso de los cuadros y trabajadores de la empresa que dirige de seguir manteniendo y elevando los resultados de una entidad que “seguirá peleando por cumplir sus planes productivos, fundamentalmente los destinados a la exportación”.
El zeopónico de Cárdenas entró en la experiencia cubana en la década de 1980 a 1990, con el uso integral de las zeolitas naturales como base de una agricultura ecológica y sostenible, mediante el empleo de varias tecnologías de cultivos, la formulación de fertilizantes, el mejoramiento de los suelos y la utilización de desechos pecuarios en la recuperación de suelos.
Con la llegada del llamado Período Especial y la escasez de insumos, el zeopónico inició una etapa de deterioro hasta perderse totalmente. Los intentos por devolverle su total esplendor refrendan las potencialidades de un sitio que cuenta con diez baterías de 72 canteros, de 60 centímetros cada uno.
Matanzas, que posee 143 organopónicos y un zeopónico, impulsa un movimiento para la revitalización de estas estratégicas formas de cosechar alimentos, como otra muestra de su deseo de convertirse en la provincia más productiva.
