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LA GUAGUA: El precio ¿nuestro? de cada día

En el comentario El pan suave… y el dinero duro el periodista Joel García León se refiere al hecho de que el precio de un producto en los establecimientos estatales es multiplicado cuando lo revenden en el mercado informal o negro.

Afirma que los ciudadanos:

No encuentran respuesta para que de la noche a la mañana salga más dinero de sus bolsillos por obra y gracia de intermediarios, que parecen libres de polvo, paja y quizás hasta de tributos.

Y que los directivos:

Persisten en explicar que más ofertas nacionales es el único camino, aunque la manera de conseguirlo demora y el costo está siendo alto, con impacto en lo social y político del sistema.

 

 

Todos los comentarios digitales de los lectores son interesantes, pero como esta Guagua también tiene capacidad limitada, traemos solo algunos, y el resto podrán abordarse en próximas salidas:

 

Cristobal dice:

¿Lo que venimos diciendo hace rato los del bolsillo lastimado, (…) solo lo vemos nosotros los sapientes? (…) Los administradores minoristas no venden productos en sus establecimientos, van directo a los revendedores e incluso, en casos denunciados por el que suscribe, lo revende el mismo custodio nocturno.

 

Tania dice:

Al final todo queda en esto: a ningún gobierno local, nacional le interesa, todos hablan el mismo idioma repitiendo las frases aprendidas de memoria: tenemos que hacer, vamos hacer, habrá que hacer, pero el momento de hacer nunca llega, la frase: hicimos esto, nadie la dice, los precios suben, la familia cubana está obstinada.

 

Antonio dice:

Si seguimos soñando puede que algún día nos despertemos en medio de una pesadilla irreversible.

 

Naturaleza dice:

La inflación ya pasa de castaño a castaño oscuro, tal pareciera que es hasta provocada convenientemente. Porque ¿es normal que los precios suban diariamente, sin que nadie de cualquier nivel dé un explicación coherente, verdadera?

(…)

Nuestro gobierno e instituciones hacen lo posible por garantizarnos al pueblo, mediante la libreta, lo esencial, ¿y lo demás?

Si cuando tenía la esperanza de que me subieran el salario podría tener un descanso y podría dedicarme a terminar mi casa, a solucionar ciertas cosas que he dejado por no tener solvencia, y ahora a poco tiempo de jubilarme ¿QUE HACER?

 

roberto dice:

Yo creo que ya se debería tomar parte por los órganos competentes en esto porque es en cualquier lugar que vas, los precios van a acabar con los que trabajamos y mientras tanto otros viviendo de nuestro sudor y sin consideración ya que esto es la alimentación de ancianos y niños.

 

Esther dice:

Muy de acuerdo con el escrito, esas preguntas me las hago todos los días y a las autoridades no le duele nada, el pueblo sufriendo las consecuencias del descontrol, la negligencia, el mal trabajo de los jefes, el desvío de recursos…y el Estado indirectamente inflando los bolsillos de los revendedores, coleros, vagos que se reinventan todos los días para subir los precios. Sí se puede tomar medidas y topar ¿Hasta cuándo vamos a seguir así?

 

Dr Roberto Pajan Ilanes dice:

Los precios suben de un día para el otro sin límites y nadie hace nada, todo sigue igual, no se ven los productos que harían bajar esos precios, suministrados por el Estado, las ventas a sobreprecio se hacen ya al «descaro» delante de todo el mundo, ¿y los inspectores? Bien, gracias.

 

En resumen: En el tema de salarios, precios y abastecimientos no debiera repetirse aquello de:

No trabajo bien porque no me pagan bien, y no me pagan bien porque no trabajo bien.

O tampoco debiera volver a prolongarse en el tiempo historias reales como que den un reloj despertador para premiar a quien siempre llega temprano al trabajo, pero el incumplidor que siempre llega tarde reclama lo que para él no sería un premio, sino el medio de despertar en el justo momento en que puede ser puntual en su puesto laboral. Esta historia fue resumida así por el impuntual:

No me dan el reloj despertador porque llego tarde, pero llego tarde porque no tengo reloj despertador.

Por supuesto que al aumentar la existencia de bienes y servicios, se le resta espacio al acaparamiento, la especulación y a los revendedores e inescrupulosos que lucran con las necesidades ajenas.

Aquello de incrementar las ofertas es asunto futuro (mediato o inmediato), pero en la realidad presente abundan reclamos que no se dirigen directamente a exigir ese aumento, sino que solicitan Protección al Consumidor y respeto a la legalidad en materia de precios correctos.

Este tema no se da por terminado, por lo cual el espacio de comentarios digitales está a la disposición de quienes deseen expresarse sobre el asunto.

Desde aquí, se accede a Guaguas pasadas

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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