Poner los resultados de las investigaciones de la ciencia y la técnica en función del Sistema de Alerta Temprana para mitigar riesgos ante el azote de fenómenos hidrometeorológicos constituye una necesidad impostergable para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Esa es una de las aspiraciones de Eberto Estrada Sao, director del Centro Meteorológico Provincial (CMP) de Las Tunas, institución que ostenta la condición de Vanguardia Nacional, otorgada por la Central de Trabajadores de Cuba en reconocimiento a las buenas prácticas del colectivo y su desempeño científico y técnico en la vigilancia del tiempo.
Y fue, también, demanda del taller realizado por la organización, en el cual los participantes abogaron, además, por la actualización constante de los estudios sobre este tema y la necesidad de incorporar nuevos canales de información y comunicación al pueblo con el objetivo de estar cada vez más alertas y preparados.
Sendas investigaciones, referidas al comportamiento de la pasada temporada ciclónica y las enseñanzas del huracán Paloma en el sureño municipio de Amancio (9/11/2008), centraron los debates del encuentro que enriquece el acervo de los especialistas y ponen en manos de la población y los decisores una herramienta para minimizar vulnerabilidades.
Antecedentes y conclusiones
El llamado de los expertos se sustenta en los cambios que experimenta el comportamiento de la actividad ciclónica en nuestra área geográfica, asegura el máster en Ciencia y es Wílber Ramírez Espinosa, especialista principal en pronóstico y recuerda la anterior temporada fue la tercera más activa en el Atlántico con 21 de estos eventos; la sexta que de forma consecutiva supera a la media; y, la séptima con formación de estas perturbaciones antes del inicio tradicional de la etapa junio-noviembre.
Estas inusuales manifestaciones meteorológicas son consecuencia del cambio climático, sostienen los expertos y en tal sentido el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés) a partir de esta temporada comenzó a emitir perspectivas del tiempo tropical desde el 15 de mayo, dos semanas antes de lo que solía hacerlo en el pasado.
“Los estudios, asegura Ramírez Espinosa, nos han permitido identificar el impacto de las trayectorias de los ciclones, incluso cuando no impactan directamente a nuestro territorio, pero sus áreas de influencia pueden afectar con penetraciones del mar y lluvias intensas, por ejemplo”.
Esos precedentes ayudan a entender las urgencias y “son razón que validan la misión del Centro de suministrar información meteorológica y climática actualizada, confiable y oportuna sobre el estado y comportamiento de la atmósfera dirigida a velar por la seguridad de las vidas humanas y a reducir las pérdidas de bienes materiales ante desastres de origen meteorológico; contribuyendo directamente al bienestar de la comunidad y al desarrollo sostenible”, sostiene Estrada Sao.
Más allá de los huracanes
“Las intensas y prolongadas sequías son otros de los desastres climatológicos que amenazan a este territorio del oriente cubano, y se suman a huracanes, tormentas locales severas, granizadas y descargas eléctricas, como amenazas reales para nuestro provincia”, remarca el máster en Ciencias Alexei Moreno Borges, subdirector técnico de la institución científica.
“Y a ese imperativo responde el proyecto Plataforma de Interfaz para Servicios Agrometeorológicos en Las Tunas”, enfatiza Moreno Borges y confirma que el proyecto en su segundo año –comprende tres- ya está online y se accede a través del link https://meteor.lastunas.cu/.
En el sitio, los interesados pueden consultar oportunas y confiables previsiones sobre el comportamiento del clima y el tiempo, a las que agregarán en este mes servicios especializados adaptados a las necesidades específicas de diversas actividades agropecuarias teniendo en cuenta las peculiaridades locales que continúan enriqueciendo.
Moreno Borges explica que el contenido es fruto de la cooperación con investigadores de otras provincias con vasta experiencia en distintos cultivos, a saber caña de azúcar (Santiago de Cuba), arroz (Granma), ganadería (Holguín y Camagüey), animales de corral (Villa Clara) y tabaco (La Habana y Pinar del Río), incorporando a los estudios las condiciones edafoclimáticas del territorio.
El proyecto, que lidera el máster Yusnier Alberto Núñez Acosta, investigador agregado del CMP, está destinado a ofrecer asistencia especializada de mucho valor en función de garantizar la supervivencia de animales y plantas y obtener rendimientos superiores en estas actividades.
Las Tunas es una de las provincias más secas de Cuba, la de más bajos índices de riego artificial y las producciones agropecuarias son uno de sus principales renglones económicos, “no podemos cambiar el clima, pero sí interactuar con sus variables y adoptar medidas que nos salven de las adversidades”, defiende Moreno Borges.