Sin duda hay magnetismo en todo lo que hacen, no solo porque su misión esté relacionada con las aplicaciones cotidianas del electromagnetismo, sino porque desde hace 30 años no hacen más que atraer lo mejor de la ciencia, la tecnología y la innovación.
No son gente de alharacas, prefieren más el hacer que el decir, algo que aprendieron de aquellos que fueron el embrión de lo que es hoy el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA), único de su tipo en el país, con sede en la ciudad de Santiago de Cuba.
Se gestó allá por la década de los años 80 del pasado siglo en el Departamento de Electrotecnia Básica, del otrora Instituto Superior Politécnico Julio Antonio Mella, creció entre encargos especiales para mejorar la eficiencia empresarial, los deseos enormes de innovar a favor del desarrollo y el talento de investigadores y científicos del patio.
Sus resultados fueron conocidos por el Comandante en Jefe, quien en diciembre de 1991 expresara: “Son cientos de magnetizadores para mantener una mayor eficiencia en los equipos, en las calderas, en muchas actividades, e incluso, en el ahorro de combustible (…) creo que este esfuerzo que se está haciendo con los magnetizadores es impresionante, y se reflejaron de una manera clara sus posibilidades y las líneas que tenemos que seguir en este camino”.
Días después, el 16 de enero de 1992, en medio de la compleja realidad del llamado período especial, se apostaba al futuro con la fundación del CNEA.
Vale la pena
Tres décadas después los resultados que han materializado sus 78 trabajadores, de ellos más del 60 % directos a la investigación, hacen tangibles los sueños de antaño.
Resumirlos puede ser riesgoso, pero la M.Sc. Rebeca Esther Conde García, directora de transferencia de resultados asume el reto, va y viene en el tiempo, habla con pasión de lo mucho que se ha investigado, innovado, desarrollado, producido y comercializado con base en el electromagnetismo aplicado e impactos en la industria, la agricultura, la salud, el medio ambiente…
“Están, por ejemplo, dispositivos como el estimulador magnético local, usado en el tratamiento de la soriasis vulgar, la inflamación pélvica y la rehabilitación de afecciones en el sistema osteomioarticular; separadores de partículas ferrosas para usos industriales y de laboratorio, así como el acondicionador magnético, nuestro producto líder, utilizado para el tratamiento a fluidos acuosos y combustibles.
“Igual hemos desarrollado tecnologías aplicadas, entre otros, en sistemas de riego agrícola y en abrevaderos de gallinas ponedoras, cerdos y conejos, con impactos notables en la germinación de semillas, resistencia de los cultivos a las plagas e incremento de los rendimientos”.
No obstante, en este último ámbito, Rebeca lamenta el que este no sea un resultado introducido con la amplitud que merece dicho aporte de la ciencia, en particular en la agricultura santiaguera.
Los seis fundadores en activo —entre ellos la Dra. C. Melek Campos Sofía, quien llegó recién graduada a dicha entidad, adscrita a la Universidad de Oriente, y hoy comanda sus destinos— junto al resto del colectivo, con los jóvenes como refuerzo de la continuidad, mantienen los empeños de ir por más.
Y es que los anima la pasión por lo que hacen y el orgullo de decir: “Soy del CNEA”, que se ufana de haber conquistado la condición de Vanguardia Nacional por 20 ocasiones, además de otros reconocimientos que son la sumatoria de los aportes individuales.
Así lo confirmaron fundadoras como la M.Sc. Daria Tito Ferro, secretaria general de la sección sindical y la Dra. C. Mónica Rosario Berenguer Ungaro, subdirectora general, al igual que bisoños trabajadores como el Dr. C. Ramón Arias Gilart, reserva científica e investigador agregado.
Por eso vale la celebración por estos 30 años, pedestal sobre el cual ya fraguan el tiempo que está por venir enfocados en la aplicación del electromagnetismo en la producción y los servicios, la inserción en el desarrollo local y la búsqueda de financiamiento externo para la construcción de la Planta de Servicios Integrados en Ingeniería Electromagnética, puerta abierta a la exportación.