El Premio Nacional Vida y Obra de Ingeniería le fue otorgado a seis profesionales con relevante historial científico e investigativo avalado por la consagración y aportes en diversas esferas de la economía, entre ellas la minería, materiales de construcción, aplicación de proyectos hidráulicos y de obras de infraestructura industrial.
La Máster en Ciencias Mercedes Elesther Savigne, presidenta de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc), informó a la prensa que la entrega del honroso estímulo con motivo del Día del ingeniero cubano –el 11 de enero- tendrá lugar en actos solemnes y simultáneos en La Habana (donde serán acogidos los galardonados del occidente y hasta la provincia de Villa Clara), mientras que Holguín recibirá a los del resto del país.
Avalan el desempeño de los laureados la labor docente en la formación de las nuevas generaciones, el cumplimiento de misiones y colaboración en el extranjero, la obtención de diversas condecoraciones nacionales y reconocimientos internacionales.
El reconocimiento nacional en Ingeniería Civil lo obtuvo René Antonio García Depestre (Ingeniería Civil, Villa Clara); en Ingeniería Hidráulica correspondió a Jorge Antonio Rodríguez Rojas y María Elena Luna Castellanos, de Holguín y Santiago de Cuba, respectivamente. También fue conferido a Roberto Rodríguez Córdova (Ingeniería de las Geociencias y la Química, Holguín). .
En la especialidad de Ingeniería Mecánica, Eléctrica e Industrial merecieron el Premio Mario Ruperto Pila de la Osa, de la provincia de Matanzas, y Luis Jerónimo García Faure, de Santiago de Cuba.
Los profesionales destacados a nivel provincial recibirán homenajes en las sedes de su organización y por especialidades.
Desde 1946 cada 11 de enero se celebra el Día del ingeniero cubano, en recordación al insigne Francisco de Albear y Fernández de Lara, cuyo natalicio aconteció ese día del año 1816, en La Habana.
Entre los numerosos proyectos donde Albear intervino como artífice y ejecutor principal sobresale la monumental construcción del acueducto que lleva su nombre, obra que por su envergadura y trascendencia es catalogada una de las Siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
A partir de 1996, se estableció el Premio Nacional a la Vida y Obra. Cerca de 200 asociados en todo el país ostentan tan preciado galardón, el más alto que concede la Unaicc para las cuatro sociedades que la integran.