Empleados federales de Brasil, que no se ven beneficiados salarialmente desde 2017, informaron este miércoles que organizan un paro nacional para el próximo 18 de enero con el propósito de exigir incrementos en sus haberes al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
La jornada de lucha es organizada por el Foro Nacional Permanente de Carreras Típicas del Estado (Fonacate), que agrupa a 37 gremiales y representa a 200.000 empleados federales (cerca de un tercio de los más de 580.000 que están actualmente activos).
Según medios de prensa, habrá una movilización presencial en Brasilia (capital) y se realizarán acciones a través de las plataformas digitales desde todo el territorio nacional.
Organizadores del paro prevén que la movilización sea apoyada por el Foro de Entidades Nacionales de Servidores Públicos Federales (Fonasefe), el cual aglutina a más de un millón de empleados federales.
El presidente de Fonacate, Rudinei Marques, declaró a medios locales que el último incremento de sueldos aconteció en enero de 2017 y de entonces a la fecha el Índice Nacional de Precios al Consumidor subió 27,2 por ciento, por lo cual “más de una cuarta parte de los sueldos ya se han erosionado con la inflación”, dijo.
Denunció que el Gobierno de Bolsonaro hizo espacio en el Presupuesto 2022 para incrementar los sueldos a trabajadores de la seguridad pública y cuestionó ese tratamiento de privilegio.
De acuerdo con medios de prensa, el Ejecutivo destinó 1.700 millones de reales (300 millones de dólares) para beneficiar a empleados de la Policía Federal, la Policía de Carreteras Federal y el Departamento Nacional Penitenciario.
Según la denuncia, Bolsonaro encuentra amplio apoyo ideológico en estos sectores y su decisión estaría buscando dividendos electorales.
De acuerdo con un dirigente de Fonasefe, Sérgio Ronaldo, Brasil se encuentra “en quiebra porque (…) no hay aumento real del salario mínimo para que la economía dé un giro. Eso es lo que está provocando que la economía siga cuesta abajo en de una manera desenfrenada”.
Consideró urgente debatir que el actual Gobierno ha destruido el sector público, y ha de tomar medidas para reconstruir la fuerza laboral y mejorar “los recursos para la ciencia, la educación y las políticas de salud, entre otras”.
Días atrás trascendió que desde finales de 2021 más de 1.200 auditores fiscales, pertenecientes al Servicio de Impuestos Internos, han renunciado a sus plazas debido al descontento con los salarios.
A juicio del politólogo Leonardo Barreto, Bolsonaro generó esta crisis con los empleados públicos porque no dispone de una política para negociar sus sueldos y ha sido incapaz de contemplarla en una estrategia presupuestaria.
Medios brasileños reflejaron en días recientes que el ministro de Economía, Paulo Guedes, maniobró para que el Gobierno rechace la movilización y la demanda de incremento salarial. (Tomado de telesurtv.net)