Hoy 31 de diciembre es viernes y no día habitual de La Guagua que emprende este viaje extra para recordar, en estas últimas horas del 2021, que el primer día de este año la colega Yimel Díaz tituló un comentario con esta pregunta:
El día en que se publicó esa nota, en el mundo había 172 candidatos vacunales contra la COVID-19 en fase preclínica y 61 en fase clínica.
Sabedores de los beneficios sanitarios y monetarios, autoridades nacionales, conglomerados de la industria farmacéutica, universidades, institutos de investigaciones, y laboratorios se lanzaron entonces a la carrera de conseguir una vacuna efectiva, viable y segura.
Un estudio publicado por esos días en The New York Times reveló:
Las naciones ricas han negociado con ventaja enormes dosis de vacunas aún no fabricadas. Si la Unión Europea, por ejemplo, recibiera todas las dosis pedidas, podría inocular dos veces a sus residentes, el Reino Unido y Estados Unidos podrían hacerlo cuatro veces, y Canadá seis veces.
Ese artículo sostuvo:
EEUU. contribuyó con grandes sumas a la investigación, el desarrollo y la fabricación de cinco de las vacunas más prometedoras con la condición de tener acceso prioritario a “100 millones de dosis de Pfizer, con la opción de comprar 500 millones más; y 200 millones de Moderna, con unas 300 millones adicionales en oferta. También ha hecho una combinación de pedidos anticipados por 810 millones de dosis con AstraZeneca, Johnson & Johnson, Novavax y Sanofi; los acuerdos de expansión podrían elevar la cifra a 1 500 millones”. Todo ello para una población de 328,2 millones de habitantes.
Al respecto, Yimel Díaz afirmó:
Actitudes como esas socavan la capacidad del resto del mundo para hacer compras oportunas, sobre todo la de naciones de bajos ingresos que tendrán que esperar años para inmunizar a su población y encima serán censuradas por no controlar la epidemia.
En general, los países tienen cuatro formas de obtener la vacuna. La primera es fabricarla ellos mismos (caso Cuba); la segunda, mediante acuerdos directos de los gobiernos con los fabricantes. En tercer lugar, los acuerdos regionales; por último, la plataforma multilateral COVAX.
En resumen: La respuesta a la pregunta de Yimel Díaz es sí: En Cuba, este año que termina hoy es el de las vacunas, un logro trascendental que marcará el rumbo de los próximos años.
Y es que en Cuba vacuna va mucho más allá de ser la palabra del año 2021 porque con sus vocablos derivados ha estado presente en el debate social, político, científico y económico, y por su interés lingüístico, tanto de forma aislada como parte de construcciones más extensas.
Cuba despide hoy el 2021 con sus éxitos en las vacunas, que como afirma Buena Fe, es «La fuerza de un país»
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LA FUERZA DE UN PAÍS
En este frasco
Ruge un silencio plebeyo
Como de tropas mambisas
Prestas al toque a degüello.
En este bulbo
Humedad de amor bravío
Baraguá navega eterno
Por lágrimas de Dos Ríos.
En este envase
Democracia sin alarde
Orgullo para el honesto
Vergüenza para el cobarde.
En esta dosis
La Virgencita de la Caridad
Bendice al bravo David
Que enfrenta al rudo Goliat.
En este frasco
Se concentran las secuelas
En vez de erigir casinos
Ponerse a sembrar escuelas.
En este bulbo
Con evidencias de otredad
Responde esta tierra libre
Que patria es humanidad.
En este envase
Hay desvelos, sobrecargas
De estrellas hoy encendidas
Por aquel sol de luz larga
En esta dosis
Están la fe y la fuerza de un país,
Más protegido, más inmune
Más feliz.
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