Hay que ser honesto y decirlo fuerte y claro: La Gala de Premiación a los mejores deportistas cubanos del actual 2021 fue un espectáculo a la altura del año que hemos vivido. La tarde de este jueves 23 de diciembre es de esas que quisiéramos guardar para siempre.
Y lo afirmamos no por compromisos o elogios simples, sino porque lo ocurrido en el Teatro Martí este jueves combinó lo que hace mucho rato venimos proponiendo para este tipo de encuentro. Hubo trofeos y cuadros, recuerdos y flores, pero sobre todo se concibió con un exquisito complemento cultural, capaz de ponerle el toque de distinción que lleva ese momento.
La posibilidad de que nuestros científicos, esos que nos salvaron con sus vacunas y su conocimiento, hayan podido estrechar manos o abrazar a Mijaín, Idalis, Pupo, Julio César, Roniel, Omara u otro de los premiados, resumió el vivo encuentro de que en Cuba la unidad de un pueblo hace saltar de los microscopios a muchos deportistas frustrados y que ninguna medalla de nuestros atletas hubiera sido posible este año sin las efectivas vacunas.
Casi en los minutos finales de la Gala de Premiación a los mejores deportistas cubanos, Omara Durand y Mijaín López, tomaron el micrófono para agradecer lo sucedido esa tarde de jueves. Ambos son los símbolos de un deporte forjado en más de seis décadas de Revolución y hacia ella fueron sus primeras palabras a nombre de todos los homenajeados.
Omara recordó que practicar el deporte paralímpico le ha permitido ser mejor persona y sentirse más cubana; mientras Mijaín apeló a hablar de esa hermandad sincera y recíproca que se había visto en este acto, con los verdaderos héroes de estos tiempos: nuestros científicos.
Sin dudas, el Teatro Martí abrió sus puertas para un encuentro que no necesitó de fuegos artificiales ni grandes sumas de dinero. Solo el amor, el cariño y la buena vibra que han aportado ciencia y deporte este año al alma de los cubanos.
