La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y los Sindicatos Nacionales de Trabajadores Agroalimentario; de la Industria Azucarera 14 de Junio; y de las Industrias Cervecera, Bebidas , Malteros y Similares de Colombia, establecieron en La Habana, un convenio de trabajo conjunto.
El documento fue rubricado por María del Carmen Rodríguez Reyes funcionaria de la CTC y Juliana Millán Guzmán, de la Organización Acompañante del Programa Sindical y de Economía Solidaria (ATI) de Colombia.
Este convenio fortalece la solidaridad entre las organizaciones presentes y ratifica el apoyo incondicional a Cuba en su batalla contra el bloqueo.
Los acuerdos —amparados en el Proyecto de Cooperación que responde al Sindicato Horval de Bélgica— posibilitará el desarrollo de un plan de intercambio sobre temas relacionados con la salud y seguridad social.
Cubanos y colombianos convinieron estudiar esta posibilidad e incluir en el plan de formación aspectos de promoción y prevención desde la construcción de sistemas alimentarios equitativos, justos, incluyentes y ambientalmente sostenibles.
Entre los ejes temáticos de interés mutuo figuran: explorar la producción agrícola y pecuaria orgánica y agroecológica, la distribución y comercialización alimentaria, organización, cooperativismo y economía solidaria.
También comprende el desarrollo, la soberanía económica, política y social en el desarrollo de la investigación y tecnologías propias, tanto en los campos de la producción alimentaria y farmacéutica, como de la salud.
El programa de capacitación tiene en cuenta la formación de pares entre las personas vinculadas al fortalecimiento de las organizaciones, sus saberes y experiencias de construcción de procesos sociales políticos, económicos y ambientales, en el marco de enfoques positivos como la economía, la equidad de género y los Derechos Humanos.
Juliana Millán Guzmán de ATI, destacó que a este esquema se irán sumando con el tiempo otras organizaciones y países que estén interesados en formar parte del grupo.
Guzmán valoró que la construcción de esta estructura de pensamiento y reflexión conjunta permitirá intercambiar saberes y experiencias entre las diferentes organizaciones y países.
Se promoverá también la reflexión sobre la realidad cubana—agregó— para resaltar su capacidad de innovación, organización y solidaridad como elementos de construcción de una vida digna, a pesar de las circunstancias impuestas por años de un bloqueo económico inhumano que impide la llegada de bienes a servicios básicos al pueblo cubano.
Con el convenio se inicia la construcción de un plan de intercambios de formación internacional que permite aprovechar los medios virtuales de comunicación, que han cobrado gran importancia a nivel mundial, debido a las restricciones impuestas por la COVID-19.