«En esta Cuba siempre será posible hasta lo imposible», expresó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar este miércoles el Octavo Período de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la que se acordó nombrar el 2022 como Año 64 de la Revolución.
Díaz-Canel calificó la jornada como un día de extraordinaria significación para Cuba, por ser el día del educador y conmemorarse el 60 aniversario de la Alfabetización, un hecho que ubicó a Cuba en la vanguardia de la educación y la ciencia.
Elogió la riqueza e intensidad de los análisis en el Parlamento, luego de volver a reunirse de forma presencial, lo cual calificó como una victoria de la ciencia, de la salud, de la integración y del socialismo. Lo contrastó con la derrota que ello supone para quienes hablan de un estado fallido y una dictadura en Cuba, lo cual nada tiene que ver con una Revolución que se ha convertido en un ejemplo.
Hizo referencia a los algoritmos que en las redes sociales tratan de distorsionar la realidad cubana, con énfasis en los jóvenes, y a partir de mentiras con las cuales pretenden satanizar al gobierno cubano.
Al respecto, destacó la Constitución de 2019, sobre la cual descansa el modelo de estado social de derecho y justicia social. En Cuba, la real, todos están obligados a cumplir la Constitución, indicó.
Se preguntó además de qué democracia hablan quiénes privilegian un grupo de derechos sobre otros, y denunció que nos quieren imponer un modelo político que es incapaz de garantizar todos los derechos para todas las personas.
Al respecto, caracterizó a la Cuba del siglo XXI que emerge de leyes como las aprobadas en estas sesiones, incluyendo la consulta popular y referendo convocados para culminar el Código de las familias, un proyecto que calificó de inclusivo y solo posible en verdadera democracia.
Recordó que al gobierno que tildan de incapaz fue capaz de gestar tres vacunas y cinco candidatos vacunales propios, en un sistema donde la vida es prioridad, y la salud pública no es una mercancía, sino un derecho de todos.
En relación con la economía, el presidente cubano describió la excepcionalidad de la coyuntura vivida, a partir del recrudecimiento del bloqueo y la pandemia, que afectó la disponibilidad de divisas y provocó un déficit de ofertas que conllevó la inflación.
Fue un año también de profundas transformaciones, resaltó, al hablar de los cambios en el sistema empresarial, los nuevos actores económicos, las cooperativas y el trabajo por cuenta propia, entre otras.
Afirmó que al cierre de este 2021 inicia una gradual recuperación de la economía, y exhortó a concentrar los esfuerzos en aumentar las ofertas a partir de la producción nacional, sobre todo de alimentos y medicamentos.
Indicó también trabajar en corregir distorsiones en las relaciones entre el sector estatal y no estatal, descentralizar competencias e impulsar desarrollo territorial. Caracterizó al Presupuesto del Estado aprobado como ley, en su intención de potenciar el ahorro.
Sobre la inflación, insistió en que no es un problema exclusivo de Cuba, pues responde a un desequilibrio entre la producción y la demanda, que conllevó una subida continua de los precios y la pérdida de valor del dinero.
No obstante, remarcó que han permanecido estables servicios como la electricidad, el agua, la cuota normada, la medicina y la salud y la educación, entre otros ejemplos, lo cual no sucede en otras partes del mundo.
Apuntó que la Tarea Ordenamiento no es, por tanto, la única causa de tales desequilibrios, en los cuales resultó determinante el bloqueo y la Covid-19, por lo cual habrá que trabajar en la recuperación del peso cubano, con la adopción de medidas que se estarán evaluando.
Explicó que otro de los desafíos de este año ha sido la generación eléctrica en medio del pico pandémico con molestos apagones, en tanto comentó que entre las causas estuvo no haber efectuado los mantenimientos en el tiempo requerido y no haber adquirido los recursos necesarios.
Puso como ejemplo la contratación de una cuarta planta flotante de energía, en tanto confirmó que continúa la reparación de las centrales termoeléctricas. “No es un milagro, es obra del talento, del esfuerzo y la consagración de los trabajadores del sector energético, junto a lo hecho por amigos y países hermanos”, dijo.
La Covid-19 no nos ha conducido a un mundo más solidario, austero y en paz. El egoísmo, la concentración de la riqueza y la desigualdad son visibles y cada vez más peligrosos en un escenario en el que debemos desenvolvernos con una política exterior que siga promoviendo la integración caribeña, la proclama de América como zona de paz.
Diaz- Canel reiteró que el gobierno de los Estados Unidos ha apostado sin éxito a asfixiarnos en medio de la pandemia con una política cínica, y marcadamente oportunista. “A pesar de eso, no renunciamos a una relación constructiva con el gobierno de ese país”.
Estamos convencidos que los grandes problemas de la humanidad de hoy y mañana solo se pueden resolver por la vía de la cooperación y no la confrontación. Hemos recibido cooperación, solidaridad y agradecemos amigos y cubanos en todo el mundo con sus campañas solidarias, precisó el Presidente.
Al abordar los problemas internos que interfieren una mayor inversión extranjera, explicó que ello es prioridad del gobierno y debemos despojarnos de prejuicios y falsos temores de la inversión extranjera. Para ello hemos tomado algunas medidas, porque en una economía como la de Cuba la eficiencia del comercio exterior resulta vital. “Las medidas tomadas para estimular las exportaciones nos permiten avizorar resultados positivos en esta actividad”.
Cumpliendo con el intenso cronograma legislativo, repasó las leyes aprobadas y lo acontecido en esta sesión del Parlamento, que representa un rasgo distintivo de nuestra democracia. Mención aparte dedicó para el Código de las Familias, cuyo contenido valoró como la expresión del sentido humanista que caracteriza a la Revolución Cubana.
“No impone modelos ni tipos de familias. Es una norma de profundas raíces científicas. Estamos ante un texto que proyecta el presente y el futuro de la sociedad que somos”. Recordó que late ahí el legado de una mujer de vanguardia como Vilma Espín y agradeció a Mariela Castro Espín por la contribución que ha seguido al legado de su familia. “Canto por los derechos humanos de todos y todas”, como dijera el poeta Miguel Barnet.
Al referirse al aniversario 63 de la Revolución comentó que soplan aires de fiesta, pero no dejemos el aprendizaje que deja el duro año vivido. “Estamos obligados a mantener lo logrado en el sistema de salud y los esquemas de vacunación; mantener fuertes medidas epidemiológicas y se proyectan nuevos protocolos. La ciencia y la innovación en función de la salud se enfocan hacia nuevos desafíos.
“Seria un error creer que los números que tenemos quedarán para siempre si no actuamos con racionalidad y responsabilidad. En honor a los científicos y el personal médico invito a que el exceso de entusiasmo no nos robe la alegría de lo vivido”, puntualizó.
El Presidente señaló el valor y el talento que hay en el pueblo. “Algún día habrá que levantar un monumento al pueblo cubano como dijera Fidel, quien puso la primera piedra como conductor de este gran sueño. La generación del centenario enfrentó desafíos colosales que engrandecen ese monumento».
Recalcó que la continuidad que se honra en representar tiene que hacer su parte y lo hará. No imitando, no copiando, ni con las soluciones que broten de la historia. “La historia tiene para darnos soluciones osadas y creaciones heroicas”.
“En esta Cuba siempre será posible hasta lo imposible”, concluyó Diaz Canel quien evocó al trovador Vicente Feliú, recién fallecido, al decir: Creéme que soy feliz abriendo una trinchera. “Por el año vencido y por el que nos disponemos a vencer, ¡Felicidades a Cuba!.
Puede ver: Discurso de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el Octavo Periodo de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 22 de diciembre de 2021, “Año 63 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)