Se ve muchacha otra vez, frente a una gran maqueta: Isla de la Juventud (todavía Isla de Pinos), un sueño por realizar y donde a ella misma, junto con las demás integrantes del contingente Las Marianas, le correspondería tanto protagonismo.
Foto: Gerardo Mayet Cruz
No era la bienvenida esperada. Venía como maestra popular y encontró una sola escuela, la Míriam Almaral, y el claustro completo. Pero a su Guantánamo –para ser una “rajada”– ni se le ocurriría volver. Aceptó la propuesta que se les hizo, construir una pizzería y una heladería en Nueva Gerona.
Cuando las terminaron, ocupó una de las plazas más modestas en Coppelia: montar y desmontar mesas; mas con su afán por aprender lo nuevo llegó a maestra sodera, encargada de preparar todas las especialidades posibles; sin dudas un desempeño algo raro para alguien procedente de una familia de artistas renombrados como Luis Carbonell, el Acuarelista de la Poesía Antillana.
Quien fuera una alfabetizadora reciente traía en las venas esa vocación de enseñar. Entonces, de Coppelia saltó a las escuelas en el campo que aquí comenzaban a nacer, fue profesora de Secundaria Básica y continuó con la tiza y el pizarrón hasta vencer la licenciatura en Historia y Ciencias Sociales.
Pensaba que su escenario sería este, el que había escogido por vocación, pero no, vino un salto inesperado, y este sí definitivo: entraba a la dirección de instituciones culturales. Su academia en este campo fue la Casa de Cultura santafeseña, luego la de Nueva Gerona –ya con carácter municipal–, Centro de la Música, teatro Victoria y Consejo de las Artes Escénicas, al cual dirigió hasta su jubilación.
Hoy, a sus 77 años, y allí mismo, está a cargo del departamento para el Desarrollo Artístico.
A Teresa de Jesús Carbonell Pérez, madre de tres hijos y con más de 40 años en las filas del Partido Comunista, está dedicada este año la Jornada de la Cultura Pinera, homenaje que acepta con humildad.
Ella comparte un mensaje con los estudiantes y jóvenes artistas: “…estudiar siempre para conocer y tener un verdadero sentido de la historia reafirma su pertenencia, los integra y hace que formen parte indisoluble de esta Isla, tan rica en tradiciones culturales. No olvidar que somos espada y también escudo de la cubanía”.
(Tomado de Victoria)
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