De Eddy Nemesio Pérez González hay mucho bueno que decir, pero basta un solo dato para ofrecer una idea integral de su persona: es el Héroe del Trabajo de la República de Cuba que orgullosamente tiene la Empresa de Combinadas Cañeras LX Aniversario de la Revolución de Octubre (KTP), inaugurada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en 1977, y que ha sido a lo largo del tiempo centro emblemático de la sideromecánica en Cuba.
El granmense, devenido holguinero hace más de cuatro décadas, no presume su altísima condición y puede vérsele humildísimo e imparable entre fuegos de soldadura y amplias estructuras metálicas, imprescindibles para la agroindustria holguinera y cubana. Ese es su mundo de pailero.
Desde el municipio de Cauto Cristo llegó a este plantel con apenas 26 años y unos ánimos gigantes de abrirse paso en el mundo laboral y mejorarle el futuro a su familia en crecimiento. Y hoy, cuando su reloj biológico está a punto de marcar las siete décadas, mirar el camino recorrido es motivo de serena alegría.
“Entré a esta fábrica como estudiante. Vine de Granma en un curso de tornero, me gradué y trabajé unos años en ese oficio. Después cambié para ajustador herramentista, también fui jefe de brigada y luego de unos cuantos años pasé a trabajar como pailero, en lo cual me mantengo hace unos seis años. Pailero es el que trabaja los metales y conforma y corta piezas y conjuntos.
“A mí realmente me ha gustado mucho la pailería y la mecánica, las dos cosas, porque son labores en las que hay que pensar bien lo que se va a hacer, se necesita hacer muchos trazos, mediciones y eso me gusta. Por eso me he mantenido tantos años, desde que salí de Cauto Cristo.
“Vine para Holguín porque mi esposa y yo teníamos un hijo, y para el asunto del estudio era mejor esta ciudad. Construimos una casita y aquí terminamos de hacer la familia, que creció hasta tres hijos y cuatro nietos. El objetivo lo cumplimos porque mis hijos estudiaron y todos tienen sus trabajos”, comenta.
Rememorar su trayectoria le hace recordar a Eddy con cariño la ocasión en que conoció la importante fábrica holguinera. “Cuando entré aquí en el año 1978 esta empresa era un lujo, todo el maquinado era nuevo; el taller de soldadura, donde estoy trabajando ahora, estaba lleno de cabinas bien pintaditas. Había muchos recursos que no los hay ahora”.
Pero el sentido de pertenencia ha contrarrestado la escasez de materias primas, por lo que asegura: “A pesar de las carencias actuales, en esta empresa nos las ingeniamos con otros tipos de metales o recortería y siempre cumplimos con las tareas encomendadas. Aquí las combinadas son el producto estrella, pero también hacemos otras producciones de valor para la agricultura, y hemos contribuido con las obras del Trasvase Este-Oeste y otras empresas del territorio”.
Entre las mejores vivencias que atesora nuestro Héroe está la del día en que pudo ver al Comandante en Jefe. “Era muy joven cuando Fidel vino a la fábrica, recuerdo que aquí había una compañera que era montacarguera y salió de momento a recibir a Fidel, y la gente como que no querían que lo hiciera, pero el Comandante dijo: ‘Sí, que venga’ y se abrazó con ella”.
El afán cotidiano de cumplir y ser útil en su puesto es, sin embargo, la mayor fortuna acumulada en tantos años de trabajo, al punto de afirmar: “Para mí esta fábrica es mi segunda casa. Me he dedicado al trabajo cotidiano y me levanto temprano, sobre las 5:00 a. m., hago algunas cosas en la casa y vengo para acá, sin estar pensando en problemas ni nada. Vengo para aquí y me pongo a trabajar sin otras preocupaciones, porque uno tiene preocupaciones, pero yo no las traigo para el trabajo”.
A ello suma el activismo sindical que ha mantenido por más de tres décadas y que ahora desempeña en el taller de soldadura.
Esa consagración laboral primó a la hora de merecer el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba en el 2020, estímulo sobre el cual comenta: “Me sorprendió, pero lo recibí con mucho amor y cariño, y pienso mantener esa condición siempre.
“Pienso que uno no se da la tarea de ser héroe, porque eso es una tarea larga, pero como los años pasan y uno se mantiene ahí, llegan las cosas y uno ni se da cuenta. Eso me hace tener mucho más compromiso y ser mejor lo mismo aquí que en la calle o dondequiera que me encuentre”.