“En Cuba no vamos a renunciar a la tradición azucarera”, enfatizó en Las Tunas Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, en encuentro sostenido con los miembros del Comité Provincial de la organización obrera en esta región del oriente cubano, reunidos en pleno extraordinario.
En tal sentido llamó a elevar los rendimientos cañeros que hoy no sobrepasan las 30 toneladas por hectárea, asunto que afecta la eficiencia y la producción fabriles; y no depende solo de maquinarias, combustibles y otros insumos que hoy faltan, según análisis recientes realizados en diferentes escenarios que han puesto en evidencia problemas de disciplina, incumplimientos de la jornada laboral y de organización, y falta de exigencia.
Guilarte de Nacimiento recordó que la zafra continúa ocupando un espacio importante en la economía del país, por su posición en el sector primario como significativa fuente de empleo y porque con sus derivados tributa materias primas a 312 empresas productoras de alimentos humano y animal, medicamentos, rones y los aportes que brinda en la generación de electricidad.
Resaltó que en Cuba hay 56 municipios con más de 260 comunidades, donde la vida de sus poblaciones late al ritmo de la zafra azucarera, razones por las que indicó repensar la manera en que se están atendiendo estas realidades que constituyen prioridades para la nación.
La provincia de Las Tunas tiene el compromiso de aportar 127 mil 220 toneladas de azúcar al plan nacional, la cifra más alta entre sus similares del país, seguida por Villa Clara con 120 mil toneladas.
En otra de sus intervenciones dijo: «Hay que desterrar las consignas en asuntos de tanta trascendencia como el aumento de las exportaciones y la sustitución de importaciones, porque su materialización impacta en la salud económica de las empresas y en los ingresos salariales”. En tal sentido sentenció: “esos beneficios hay que explicárselos a los trabajadores en las asambleas, para que lo conozcan y los defiendan”.
“El movimiento sindical tiene que estimular los encadenamientos productivos y acompañar a los nuevos actores económicos en los procesos actuales de aprobación, desarrollo y consolidación de sus proyectos, porque son parte de un modelo económico enfrascado en buscar vías que le permitan al pueblo acceder a mayores ofertas de bienes y servicios”, insistió como una vía que contribuirá a bajar los precios de los productos y haga crecer el valor real del salario.
“Los trabajadores tienen en las asambleas generales el espacio idóneo para analizar y debatir las cuestiones relacionadas con la actividad fundamental de sus centros, para impulsar la eficiencia de la producción en medio de la situación que vive el país”, subrayó Guilarte de Nacimiento.