“En lo personal tuve la oportunidad de estar varias veces muy cerca de Fidel, pues coincidimos en el Primer Congreso de la Juventud Ortodoxa, dos años, ocho meses y 14 días antes del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes”, rememoró Manuel Varela Pérez, el decano de los periodistas cienfuegueros.
“El 12 de noviembre de 1950 estuvo en Cienfuegos con el propósito de participar en un mitin convocado por los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza opuestos a medidas implantadas por el Ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, y en huelga desde octubre de ese propio año.
“El acto fue convocado entonces para los salones del Ayuntamiento Municipal, pero al llegar Fidel fue detenido, trasladado a Santa Clara y puesto a disposición del Tribunal de Urgencia. Faltó en ese momento su verbo enérgico y acusador”.
“También tuve la posibilidad y el privilegio de reportar muchos de sus recorridos por Cienfuegos para las emisoras Radio Rebelde y Radio Reloj, en las primeras décadas, y después para Radio Progreso, y de apreciar otra vez de cerca su enorme grandeza y liderazgo”, apuntó.
El huracán
El huracán Lili fue el octavo de la temporada de 1996, pero el segundo más mortal y fuerte. El día 18 de octubre tocó tierra en el sur de Matanzas con categoría 2. Su centro tardó varias horas en abandonar el archipiélago por Villa Clara y no lejos de Sancti Spíritus. Se reportaron rachas de viento de 193 km/h en Cayo Largo del Sur, 180 km/h en Santo Domingo y 176 km/h en Cienfuegos.
Los especialistas habían advertido que pasaría por encima de Cárdenas y Varadero. Y allá se fue el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Pero el centro del meteoro se inclinó un tanto a la derecha y los daños fueron mayores en Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus. Al día siguiente, junto con el alba, llegó el líder de la Revolución a Cienfuegos.
En la oficina de un alto jefe de las FAR dialogó con los periodistas. Mostró preocupación por lo sucedido, sobre todo por el estado en que habían quedado lo campos y caminos cañeros. También expuso su pesar por las viviendas destruidas totalmente o dañadas de manera parcial, por los cultivos inundados o muy afectados…, en fin por las numerosas afectaciones. Su rostro estuvo muy serio todo el tiempo. “Nadie quedará desamparado”, afirmó.
Al despedirse nos indicó que les informáramos a los directores de los medios que se publicaran muchas imágenes, “para que la población pueda apreciar la magnitud del desastre”.
Visitas frecuentes
Sus visitas a Cienfuegos eran frecuentes, unas veces solo y otras acompañado por presidentes de países amigos. Recuerdo una en particular. Cuando se construía diversas obras con carácter estratégico, como la Central Electronuclear (CEN) de Juraguá y la Refinería de Petróleo, llegó junto con Wojciech Jaruzelski, quien fue secretario general del Partido Comunista de Polonia y presidente de de esa República.
En la Refinería y la CEN conocieron de la marcha de la construcción y las características principales de las obras y la tecnología.
Fidel interrumpía con regularidad a quienes hicieron las explicaciones y precisaba detalles, pues estaba muy bien informado. Habló de la importancia singular que tendrían plantas de esos tipos por estar ubicadas en el centro del archipiélago. Se le veía motivado, contento…
Una acuciosa investigación, Adrián Millán del Valle, especialista del Departamento de Investigaciones Históricas de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos, válida para la redacción de un libro, ha evidenciado que el Líder de la Revolución estuvo en la Perla del Sur en 84 ocasiones y no en las 55 contabilizadas anteriormente.
“Las generaciones más jóvenes tienen que conocer la obra del Comandante en Jefe, que es ahora la de millones de cubanos, y de la que él fue su proyectista general”, afirmó en fecha reciente a un medio local de comunicación.
