Entre la formidable actuación de la clavadista Anisley García, así como los dos títulos aportados por el judo y el canotaje vivió la delegación cubana las primeras cuatro jornadas oficiales de los I Juegos Panamericanos Junior, que tiene por sede la ciudad de Cali, Colombia, con la presencia de las 41 naciones pertenecientes a Panam Sports.
¿Qué pasa con los nuestros?, ¿estamos en el rango de lo esperado o vamos lentos?, ¿ha cumplido la justa el concepto de espectáculo que se aspira?, son algunas de las preguntas que llegan a nuestra redacción para las que no tenemos verdades absolutas, pues la cita apenas comienza su andar entre luces y sombras para todos los países.
La primera dorada en la historia de estos Juegos tuvo a Cuba como protagónica, cuando el equipo mixto de clavados hundió en plata y bronce a los favoritos conjuntos de México y Estados Unidos. Luego, la propia Anisley, (Tuti para muchos), rubricó su segundo oro desde el trampolín de un metro y como si fuera poco, agarró el bronce en la plataforma a 10 metros.
La mejor clavadista cubana del momento, campeona de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla 2018, intentó este domingo una presea más, pero terminó cuarta en el trampolín de tres metros, especialidad en la que su compañero de equipo Laydel Domínguez terminó con plata.
Este deporte ha superado cualquier cálculo, pues Luis Gustavo Cañabate se agenció un subtítulo en la plataforma a golpe de coraje y redondeó el quinteto de medallas (2-2-1), muy alentador de cara al ciclo olímpico que está en marcha.
En el Coliseo de Combate Yuri Alvear, los seis judocas invitados salieron con dos metales de cada color y los mayores elogios para Omar Cruz (+100 kg) y Thalía Nariño (+ 78 kg). Aquí pudimos haber duplicado los monarcas, pero las pocas semanas de entrenamiento y el pobre fogueo internacional pasaron factura a los nervios sobre el tatami, algo que también le ha pasado a grandes figuras.
Los canoístas José Ramón Pelier (C-1 a mil metros) y Katherin Nuevo (C-1 a 200) cumplieron todos los vaticinios y aportaron par de cetros, en tanto el kayacista Reinier Carrera sacó un meritorio segundo lugar en el single a mil metros. Argentina reinó como nación para asombro solo de los que no siguen esta disciplina.
El levantamiento de pesas se convirtió en el cuarto deporte que hasta el momento aporta podios a nuestra comitiva con la plata de Edisnel Enrique Corrales (73 kg). Y hasta ahí la suma de 6-6-3 parece inferior a lo que quisiéramos, aunque realista a nuestras verdaderas posibilidades.
Desde esta semana las cosas deben mejorar. El atletismo a partir del martes aspira a aportar no menos de cinco campeones; y los luchadores inician las acciones un día más tarde y quieren dominar en la mayoría de las divisiones convocadas. Precisamente ese primer día de diciembre, el boxeo entregará sus 13 galardones, de los cuales más de la mitad pueden parar en nuestros pugilistas. El tenis de mesa debe ser otro plato fuerte con al menos dos oros.
Esa es la cantera juvenil con que contamos. No andan lentos, sino en su justa calidad. Tal y como vaticinamos, esta primera edición encontrará en los primeros puestos del medallero a Estados Unidos (a pesar de no acudir con sus mejores talentos), Brasil, México, Colombia y Argentina. Cuba entre un quinto y sexto lugar estaría muy bien. Figurar entre los tres primeros parece más utópico, aunque tampoco es imposible.
Hasta donde hemos podido ver, escuchar y leer en los reportes de prensa, los I Juegos Panamericanos Junior llegaron para quedarse. Sin embargo, inevitablemente tendrán que contar con un apoyo logístico más fuerte para venideras ediciones, tal y como lo merece el relevo del deporte en América.
Su ubicación en el almanaque se piensa para el primer año del ciclo olímpico y aunque no se ha filtrado qué nación anda ya interesa en la segunda versión lo cierto es que habrá que ponerle un poco más de espectáculo. Se nota demasiada seriedad en los triunfos y eso siempre conspira para quienes aspiran a ser los campeones mundiales y olímpicos entre el 2024 y 2028.
