El alistamiento a tiempo de las máquinas de riego pudiera favorecer el óptimo desarrollo de la siembra de papa iniciada el 19 de noviembre por Gispert y El Sordo, dos emblemáticas unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) en el fomento del tubérculo en la occidental provincia de Matanzas.
Se trata de unos 50 equipos recuperados gracias a la entrada de piezas de repuesto, “mejoría que sin dudas nos coloca en condiciones muy buenas para poder plantar las mil 440 hectáreas (ha) de la presente campaña”, aseguró en exclusiva a Trabajadores Lázaro Bello Rodríguez, subdelegado de la Agricultura.
Contar con equipos para poner de alta máquinas fumigadoras, algo sin precedentes en el último lustro, es otra ventaja en la intención de optimizar la eficiencia en el tratamiento de los cultivos, consideró Bello, quien se mostró muy optimista con la calidad y prontitud que pudiera significar para la siembra la adquisición de un total de nueve surcadores-fertilizadores.
«Presentamos una situación normal en el resto de los insumos y con estas inversiones el panorama es bastante halagüeño», estimó. El desafío de la campaña está, enfatizó, en el uso racional de todos los recursos y en su riguroso control.
Explicó la prioridad concedida en esta arrancada a la semilla nacional, tipo con la cual serán plantadas 300 ha, y resto del total del plan corresponde a la importada, una 14 variedades que llegan desde el continente europeo.
Aseguró que cuentan con el fertilizante para dar respuestas a esta parte de la campaña y con el primer herbicida que se echa después de la siembra. “El objetivo es terminar antes de que se concluya el año, para que la población reciba la papa sin demora”.
Adelantó que aunque la contienda empezó por Gispert y EL Sordo, la que más tubérculos produce aquí, próximamente se incorporarán la empresa Vladimir I. Lenin, la UBPC La Angelina y la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Alberto Delgado.
Según estimados, el territorio debe sobrepasar las 17 toneladas de rendimiento por hectárea en la variedad nacional. En el 2020 algunas bases productivas promediaron 20 t e incluso la CPA Alberto Delgado estuvo por encima de las 25 t, lo que consagraría a la provincia entre las punteras en un renglón tan demandando.
En Matanzas esperan cosechar unas 26 mil toneladas del tubérculo, menos de la mitad de las 55 mil t obtenidas en el decenio del 2000 al 2010, cuando la provincia plantaba unas 2 mil 400 hectáreas.