El Rayó logró un trabajado empate ante el Valencia en Mestalla que lo mantiene con la misma buena dinámica y mejores sensaciones que viene demostrando toda la temporada. Ni si quiera las importantes bajas en ataque le cambiaron la actitud a un equipo al que no le pudo verse por debajo en el marcador, que buscó la victoria hasta el final y que a punto estuvo de alcanzarla.
El Valencia es el que no encuentra solución a sus problemas, tampoco en Mestalla. Se encontró con un gol de penalti y acabó dejando escapar dos puntos otra vez. El equipo de Bordalás no encuentra la fórmula para reencontrarse con la victoria y son ya once los partidos que acumula con un solo triunfo.
El Rayo avisaba de sus intenciones con acercamientos al área de Cillessen a los que les faltaba precisión al final como para denominarlos ocasiones. Sí lo fue un disparo con el exterior de Unai López tras una buena internada por la banda de Álvaro. El balón se estrelló en el lateral de la red -por fuera- junto al palo derecho del meta valencianista. Ya era mucho más de lo que había producido el equipo de Bordalás hasta que llegó la acción que terminó en penalti.
Un pase de Gayá a la carrera de Hugo Duro por el pasillo central. La aplicación del VAR permitió que en dos minutos se sucedieran las siguientes decisiones del árbitro: penalti, fuera de juego a instancias de su asistente, revisión de la jugada desde la sala VOR, consulta de Hernández Hernández en el monitor y, penalti de nuevo. El fuera de juego, en realidad, era ajustadísimo, y la patada de Saveljic, clarísima, aunque el jugador valencianista no hubiera tenido muchas opciones de controlar el balón. Soler ejecutó la pena máxima y gol.
Con la ventaja, el Valencia no cambió especialmente su actitud con el juego. A veces acumulaba a cinco jugadores en el centro del campo en fase de repliegue, y renunciaba al balón tratando de sorprender al contragolpe. Es normal que el Rayo notara la ausencia de Falcao y Trejo. Entre los dos suman 8 goles y 7 asistencias, oro puro en los partidos en los que un rival como el Valencia acumula obstáculos ante su portero. Cillessen intervino dos veces de puños, ante dos disparos entre palos, a modo de síntesis de la filosofía del Valencia: complicaciones las justas. En la primera parte, ante una falta de Unai López; y en la segunda, a un disparo lejano de Isi, que llevaba veneno.
El Valencia se estiró algo más cuando el reloj empezaba a marcar los minutos cuesta abajo. Y el equipo de Iralola demostró que también sabe jugar con las revoluciones altas. Unai López robó un balón en su campo y asistió a la carrera de Álvaro que superó Cillessen, pero no a Hélder Costa, que había hecho una ayuda defensiva de las que suben nota en el boletín de Bordalás.
Pero el Valencia acabó abrasado con una acción mal defendida dentro del área. Catena remató en una postura extraña y Cillessen evitó el gol con un paradón desde el suelo, pero Diakhaby no llegó a tiempo para frenar a Isi que fusiló a un metro de la línea de gol. Con el empate afloraron malas sensaciones en el césped y en la grada.
Dimitrievski se sumó a la galería de paradones con una mano salvadora ante Carlos Soler.Maxi le había puesto un balón de dulce de cabeza y al rechace no llegó Hugo Duro por poco.