Cuando Mercedes y Félix llegaron al lugar donde se construía la Empresa Militar Industrial Mayor General Ignacio Agramonte, en Camagüey, durante los años 80, solo el movimiento de tierra indicaba que allí, alejada de la ciudad, se levantaba una industria, que en un principio produciría armamentos defensivos.
Mercedes Bergery Rodríguez, hoy directora económica de Planta Mecánica, vino con solo 19 años, y aquello le asustaba un poco.
“No obstante, mi recuerdo más preciado es lo que viví aquel 27 de noviembre de 1988, cuando vino Fidel a la inauguración. Eso me dio tremenda alegría. Recorrió cada espacio de la planta, estuvo cerca de casi todos los que estábamos presentes. Luego, en la plaza, se subió en un pedestal y lo rodeamos, y él quería saber qué pensábamos y cómo nos sentíamos.
“Sus palabras fueron muy alentadoras y nosotros nos comprometimos, de corazón, a contribuir con la transformación que necesitaba el país y a ser una unidad de excelencia”.
De aquel día Félix Lauzarique Rodríguez recuerda mucho, quizás todo. Él estaba cerca de Fidel cuando levantó el fusil AKM, símbolo de que la unidad quedaba inaugurada. “El Comandante recorrió toda la empresa y reconoció que lo que estábamos haciendo era una joya. Nos dijo que le impresionó bastante la entidad y que lográramos un ciclo cerrado de producción. De ese día han pasado unos 33 años y muchos aún seguimos aquí, hemos crecido y perfeccionado los conocimientos, pero sobre todo nos convertimos en los hombres buenos y valiosos que Fidel nos pidió que fuéramos”.