La planta de alto estándar de balneario cubano de Varadero recibió un nuevo inquilino con el estreno este 15 de noviembre de Mystique Casa Perla, instalación de Gran Caribe ubicada en predios del hotel Starfish Cuatro Palmas.
“Es muy bueno poder contar con un producto hotelero de tanto lujo, que realza los valores de este tramo final de la zona del centro histórico de Varadero, donde radica también una oferta estrella como el boulevard”, reconoció Ivis Fernández Peña, delegada del Ministerio de Turismo (MINTUR) en Matanzas, luego de cortar la cinta inaugural.
A diferencia del resto de las instalaciones del principal destino cubano de sol y playa, que operan bajo esquema de Todo Incluido, Mystique Casa Perla se inserta en la modalidad de alojamiento y desayuno, concebido para al segmento de solo adultos.
Mabel Amado Zulueta, al mando del bellísimo inmueble, con 10 habitaciones de ensueño y capacidad para 20 clientes, le augura muchos éxitos al hotel boutique, “concebido para encantar a quienes lo elijan”, asegura.
“Estamos muy contentos de la puesta en marcha de Casa Perla. Ha sido un momento muy esperado. Hemos disfrutado mucho con su entrada en operaciones”, dijo emocionada Mabel, con 25 años de experiencia en la industria de ocio cubana.
La gastronomía será uno de los puntos fuertes de la instalación, afirma. Sin embargo, reconoce, “dudo que otro hotel en Varadero posea la hermosa vista al mar regalada por la Casa, un espectáculo posible de disfrutar desde que se está en el lobby”, dice con auténtico orgullo.
Típico de una plataforma de lujo, Casa Perla posee servicio de mayordomía en todas sus habitaciones, privilegio que solo poseía en Varadero el hotel Royalton Hicacos, una apuesta por el alto estándar característica de la internacional Blue Diamond.
Precisamente con Casa Perla la cadena canadiense estrena en Cuba la marca Mystique, “lo cual le concede un auténtico carácter de exclusividad a un producto donde estamos seguros los clientes encontrarán experiencias únicas”, pronosticó Mabel.
Proyectada y construida por los prestigiosos arquitectos Antonio Santana Fornaguera y Aquiles Capablanca, la otrora residencia del hacendado Jesús Azqueta Aranguena responde a los códigos arquitectónicos del Movimiento Moderno.
La obra mereció el Premio Medalla de Oro de Arquitectura en el año 1946, reconocimiento entregado por la Junta de Gobierno del Colegio Nacional de Arquitectos a la mejor residencia construida en el país en el año 1944.
La exquisita restauración del inmueble tuvo otro reconocimiento a la luz de estos tiempos. Con una mención se alzó entre los nominados al Premio Nacional en Conservación y Restauración de Monumentos correspondiente a este 2021.
