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La cumbre climática de Glasgow entró en tiempo extra

La COP26, organizada por el gobierno británico bajo el auspicio de Naciones Unidas, debió terminar la víspera, pero ante la imposibilidad de lograr un acuerdo, la presidencia decidió extender un día más las tratativas, con la esperanza de evitar su fracaso.

 

 

Según trascendió, la ayuda financiera comprometida por los países ricos desde 2009 para ayudar a las naciones pobres y vulnerables a enfrentar y mitigar el impacto del cambio climático mediante el aporte de 100 mil dólares anuales sigue siendo uno de los temas espinosos.

Las partes tampoco parecen ponerse de acuerdo sobre la forma de redactar el llamado a abandonar el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles.

Un primer borrador publicado a mediados de semana pedía acelerar el destierro de esas fuentes contaminantes, pero tras las quejas de grandes productores y exportadores, el texto se cambió para aclarar que solo afectaría, en el caso del carbón, a las plantas eléctricas que no tienen instalada la tecnología requerida para capturar y almacenar las emisiones.

La nueva redacción sobre el petróleo y el gas señalaba que se refería aquellos subsidios considerados “ineficientes”.

Tampoco existe consenso de las partes sobre los plazos que tendrán los gobiernos para presentar sus nuevos objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, luego de que en el proyecto de declaración final se propuso adelantarlos para 2022, dos antes de lo previsto.

La COP26 de Glasgow es vista como la última oportunidad que tiene el mundo para adoptar compromisos serios que ayuden a limitar a 1,5 la temperatura global, reducir a cero las emisiones de carbono a más tardar para 2050, y conseguir fondos para que países pobres y vulnerables puedan enfrentar y mitigar el impacto del cambio climático.

Hasta el momento, los anuncios más relevantes del evento fueron los planes de detener la deforestación para 2030, mismo año en que Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron que recortarán sus emisiones de metano, y más de 40 países dijeron que darán pasos para dejar atrás el uso del carbón.

También hubo promesas de parte de algunos gobiernos y del sector privado de incrementar sus aportes al fondo climático y la ayuda financiera bilateral a naciones en vías de desarrollo.  (Tomado de PL)

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