Antes de arrancar el partido, contábamos que, tras 35 encuentros, este era el primer Uruguay – Argentina fuera del Centenario, en el ‘Campeón del Siglo’, un estadio con las tribunas más cerca de la cancha, donde se nota más la presión. Esa presión duró siete minutos, donde Nández tuvo una gran chance, pero un enorme Dibu Martínez tapó con el pecho el mano a mano.
Argentina quería parar un poco el ritmo y movía la pelota de un lado a otro, pero Piquerez ayudaba y con una mala salida desde el fondo, perdía la pelota con el rebelde Dybala, que se metía en el equipo en el lugar de Messi, la gran sorpresa de la noche. El cordobés jugaba con la punta de su zurda para Di María, que acariciando el esférico, ponía la pelota lejos de las manos de Muslera, en el ángulo derecho. El hoy capitán se vestía de Ángel y ponía por delante a la albiceleste. Es impresionante cómo funciona la cabeza de los futbolistas cuando tienen confianza.
El trío arbitral, procedente de Venezuela, no estaba a la altura del partido. Se llevaban jugados un cuarto de hora y era algo que quedaba claro. Decisiones erróneas, una amarilla a Dybala sin sentido, una patada de Vecino a Cuti Romero que no fue falta y los gritos de Scaloni desde el banco de suplentes.
En lo futbolístico, Argentina se sentía cómoda con la pelota en los pies. Uruguay a veces presionaba, a veces esperaba. Los de Scaloni juntaban hombres en izquierda y salían por derecha. Sin muchas chaces de ataque, pero con control. La Celeste intentaba tener más la pelota pero sin los creativos no era posible y eso la gente lo notaba, pidiéndole más a sus jugadores.
Al que no le hacen falta espacios ni control es a Suárez. Una pelota suelta en el área, un derechazo que pega en el palo, el rebote lo manda afuera. La gente se despertaba, los hinchas cantaban y alentaban, Uruguay, con impulsos, quería volver a meterse en el partido. Suárez desestabiliza cualquier plan.
Desde el gol argentino, los de Scaloni no tuvieron chances. Todas eran locales. Con empuje, sin juego, pero todas las chances claras eran locales. Vecino con un penal en movimiento no podía empatar el partido, Dibu Martínez se convertía en figura. El arquero del Aston Villa enfriaba el partido y la gente silbaba, Argentina necesitaba un descanso y el árbitro venezolano mandaba a los jugadores al vestuario.
Scaloni arrancaba con cambios, quería mover el equipo para que Argentina fuera más larga y peligrosa. Joaquín Correa entraba por Dybala, que dio el pase de gol pero en ningún momento pesó tanto en el partido, como todo el ataque argentino. Pero ese cambio tampoco ayudaba a que Argentina se sintiera cómoda y daba ingreso a Papu Gómez y Ángel Correa por Lautaro y Di María. Control y frescura, eso buscaba el director técnico.
Tabárez seguía metiendo dinamita y el Canario Álvarez entraba por Vecino. Mientras, Facu Torres tiraba un centro que se envenenaba para que Dibu meta una mano milagrosa en el ángulo. Los minutos pasaban, todos los argentinos esperaban por Messi aunque era el Papu Gómez el que le daba algo de verticalidad al equipo.
A pesar de no haber hinchada visitante, cuando Messi se dirigía al costado para ingresar, muchos hinchas coreaban su nombre. Al mismo tiempo, Bentancur salvaba a Uruguay y se lesionaba después de hacer un esfuerzo enorme para salvar el segundo de Argentina. Messi entraba por Lo Celso y arrancaba otro partido.
Scaloni agotaba los cambios, De Paul, uno de los mejores del partido, se iba y entraba Palacios. Argentina sufría el partido y miraba el reloj, Messi tocaba, venía e iba, pero no arriesgaba con movimientos complicados. Mientras, Uruguay iba con todo al ataque, sin juego pero con alma. Los centros de Piquerez eran peligrosos y el cabezazo de Álvarez se iba un poco alto.
Y si arrancábamos la crónica hablando de Dibu Martínez, el marplatense era protagonista sobre el final. Un tiro de Álvarez se le metía por debajo de las piernas y el arquero reaccionaba, con una sonrisa en la cara.
Uruguay se ahogaba y ahora le toca ir a sufrir a La Paz para sumar tres puntos vitales. Argentina, en un muy mal encuentro, tendrá que mejorar la imagen contra Brasil en San Juan.