El municipio avileño de Ciro Redondo no cuenta con un polo productivo agrícola y la mayoría de los productos que se ofertan en los Mercados Agropecuarios Estatales, proceden del sector campesino, por lo que es más complejo lograr y hacer sostenible una estrategia de seguridad nacional que es la soberanía alimentaria.
Además de la práctica, que es el criterio de la verdad, al percibirse en las placitas el desbalance en la variedad de renglones comestibles, los precios abusivos y especulativos principalmente en los puntos de venta no estatales demuestran que en la mesa y el plato de los pinenses no están aún materializados los propósitos de la seguridad nutricional de la población.
No se pretende opinar ahora sobre los nuevos récords en los valores de la carne, las viandas y otros alimentos básicos, sino reflexionar acerca de los problemas que inciden en que no todas las personas tengan acceso físico y económico a un nivel de alimentos seguros y nutritivos.
Es cierto que el bloqueo estadounidense y la pandemia de la Covid-19 han limitado el mejor desempeño de 23 programas para la soberanía alimentaria en el territorio pinense, pero problemas viejos también denotan un enyerbamiento pesado en las causas subjetivas.
Les pongo de ejemplos las más de 900 hectáreas a cargo de tenentes de tierras que solo producen malas hierbas, y el incumplimiento de los planes de producción del boniato, la yuca, el plátano y la malanga, seleccionados como renglones indispensables en el programa de autobastecimiento municipal del cual se reportan 29 libras entregadas por habitantes mensualmente, de un propósito de 30 libras.
Sin embargo, tal cifra difiere de la demanda popular, cuando existen insuficiencias en la gestión administrativa frente a la necesidad de dinamizar la economía cubana.
Hoy se continúa pronunciando el mismo discurso de que a directivos y especialistas del sistema de la agricultura le falta hacer acto de presencia en la bases productivas, exigencia y control para que llegue a su destino el volumen de alimentos real contratado y así evitar las fugas hacia otras provincias de las viandas, hortalizas, granos y frutas.
También se sigue tropezando con la misma piedra en surcos y canteros de una agricultura urbana muy deprimida en hortalizas y condimentos frescos, mientras en la fincas campesinas, que, reitero, representan el potencial productivo municipal, es ínfimo el uso de productos agroecológicos.
De manera que a las puertas de un nuevo proceso de rendición de cuentas del delegado del Poder Popular en las comunidades, junto con el gran deterioro de los viales, el tema de la comida está como papa caliente en Ciro Redondo, donde se efectuó la primera asamblea municipal de balance del Partido, en la provincia de Ciego de Ávila.