Un antes y un después definen la jornada de este jueves en Nicaragua, iniciándose el llamado silencio electoral con el cual asistimos a la etapa final del proceso de elecciones generales que concluye el próximo 7 de noviembre.
En tal sentido, las autoridades electorales del país centroamericano, han confirmado que todo está listo para que el domingo a las seis de la mañana todas las Juntas Receptoras de Votos (JRV) abran puntualmente para los miembros de las mismas, a las siete para el público y sólo cerrarán cuando el último elector haya efectuado su voto.
En una entrevista para la Revista en Vivo de Canal 4 de Nicaragua, el Magistrado Vicepresidente del Consejo Supremo Electoral, Cairo Amador, precisó que las maletas electorales salieron desde el primero de noviembre en la mañana, que los primeros departamentos en recibirlas fueron los de la zona más alejada del país, en el Caribe y que para el próximo sábado el material electoral deberá estar listo en cada lugar.
Este ha sido un proceso atípico debido a la situación epidemiológica internacional y su incidencia interna en esta nación pero también porque en ellas se han centrado – como nunca antes – las miradas y los ataques de quienes adversan a la Revolución Sandinista, tanto a lo interno del país, como de la derecha proimperialista de la región, las agencias y organizaciones financiadas por Estados Unidos y el papel de quienes desde el Parlamento Europeo, la Organización de Estados Americanos (OEA) u otros organismos internacionales se unen al concierto de la Casa Blanca.
Este miércoles el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional ratificó sus posiciones de principios y rechazó asistir a una nueva sesión de la OEA en la que se pretendía discutir un supuesto informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que acusa al gobierno de sandinista de cometer atropellos, de represión a candidatos opositores y violación continuada de derechos humanos.
En una misiva enviada al Consejo Permanente de la OEA, se denuncia que se trata de un informe adulterado, manipulado y evidentemente sesgado, que agrede directamente la soberanía nacional de Nicaragua y que por tanto, no se aceptará jamás actos, informes o posicionamientos que ofendan o lesionen su libertad.
“La independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional, son derechos irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense. Toda injerencia extranjera en los asuntos internos de Nicaragua o cualquier intento de menoscabar esos derechos, atenta contra la vida del pueblo. Es deber de todos los nicaragüenses preservar y defender estos derechos», precisa el documento.
De igual manera, el gobierno nicaragüense alertó una vez más sobre el notorio deterioro de la funcionalidad y los objetivos de esa instancia de la OEA, creada supuestamente, para defender a los ciudadanos en sus derechos fundamentales y que «lamentablemente, por la parcialidad de esta y su notoria instrumentalización, así como su obvia incapacidad para ver otras realidades de severas afectaciones al derecho a la vida, en diversos pueblos de nuestro continente, estos informes pierden veracidad y sustentabilidad».
Al argumentar la decisión de no participar en dicha sesión, advirtió también que se quiere implantar una imagen que solo busca legitimar, justificar actos lesivos, promocionar golpes de Estado y alimentar el terrorismo como fórmula para desestabilizar la soberanía nacional.
Estas son, a ciencia cierta, algunas de las últimas artimañas orquestadas para desacreditar un proceso electoral que ha transcurrido con total normalidad, bajo rigurosas medidas de bioseguridad, en paz, con optimismo y alegría, con respeto y confianza en la seguridad y garantías ofrecidas, cumpliéndose con las medidas preventivas para cuidar la salud de todos, las dispuestas por el Consejo Supremo Electoral (CSE) y las que la Policía u otras autoridades han anunciado que se pondrán vigor a partir del sábado y hasta el martes por su importancia para la organización y calidad final del proceso.
Nicaragua merece seguir viviendo en paz, contar con las voces de todos los que puedan y quieran seguir aportando a su proceso de transformación. En ese afán común de sus hijos e hijas, la jornada del próximo domingo será trascendental.
