La tarea de incrementar la producción cañero-azucarera es tensa y requiere de un esfuerzo sistemático en el sector con un peso definitorio en el desarrollo económico y social de la provincia de Granma.
El reto es de envergadura, al evaluar el camino transitado de reiterados incumplimientos, en la última década, que requiere de un aumento de nuevas áreas y uso eficiente de estas para lograr más caña, azúcar y sus derivados.
Según especialistas del Grupo Empresarial Azucarero hay que ganar espacios en las plantaciones y utilizar mejor la tierra que hoy se emplea con el fin de elevar los volúmenes de materia prima con vistas a la realización de las próximas cosechas.
Estiman que no se trata de un objetivo fácil, pues la carencia de los insumos necesarios, como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo impuesto por Estados Unidos y la crisis económica internacional derivada de la Covid-19, obstaculizan obtener mayores rendimientos agrícolas cañeros.
Sin embargo, el territorio cuenta con fortalezas para mejorar los niveles de preparación de tierra y las siembras a partir de los conocimientos de las tecnologías que permiten identificar plagas, medir la humedad de los suelos y el empleo eficiente de la maquinaria, el riego y otras actividades.
Asimismo, plantar variedades de alto potencial productivo e invulnerables a las principales enfermedades que atacan el cultivo y especies con esas características que contribuyan a más rendimiento agrícola, germinación y población de los campos, además de crear condiciones de drenaje y siembra mecanizada.
Se precisa de una redoblada labor creadora en los colectivos responsabilizados con las reparaciones y mantenimiento de la maquinaria que enfrentan limitaciones en la adquisición de piezas de repuesto y lubricantes.
El cambio de estructura con cinco empresas agroindustriales, en las que se funden en una misma organización las unidades productoras de caña con los centrales, separadas anteriormente, busca revitalizar los aportes productivos y financieros que necesita la provincia.
Estas entidades nacen favorecidas con la autonomía para la implementación de las medidas aprobadas que deben desatar los nudos que atan su desempeño, muy oportuno en tan importante ramo de la economía.
Mientras, se esperan los primeros beneficios en cuanto a organización y eficiencia en el quehacer de la zafra 2021-2022, a iniciarse en diciembre próximo, y en la que molerán el Enidio Díaz, en Campechuela, y Arquímides Colina, en Bayamo.
El desafío exige estimular y motivar a los azucareros granmenses para que expresen el máximo potencial de iniciativas y reservas en pro de alcanzar superior productividad, disciplina y sentido de pertenencia. (Tomado de la Demajagua)