Justo 20 minutos pasadas las 5 de la tarde del 19 de octubre del 2021 se concretó un hecho largamente acariciado por miles de cubanos. El béisbol, el juego de las bolas y los strikes o simplemente la pelota subió al pedestal sagrado para ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación en su cobija más antigua e histórica: el estadio Palmar de Junco, en Matanzas.
El diploma que lo acredita con la respectiva documentación fue quizás el protocolo más esperado por las autoridades. Tras la lectura de la Resolución que avala este reconocimiento, la propia presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de la Nación, Sonia Virgen Pérez Mojena, hizo entrega de los certificados a Osvaldo Vento, titular del Inder, a Juan Reynaldo Pérez, comisionado nacional de la disciplina, y a Roberto Pacheco, narrador deportivo y presidente de las Peñas Deportivas.
Sin embargo, en las gradas cientos de matanceros de todas las edades reían y disfrutaban la oportunidad de ser testigos de este momento. Y hasta hubo quien congeló con su celular el momento en que parecía volar sobre todos nosotros el primer batazo dado en esta isla, cual raíz eterna de algo que ha trascendido por más de 150 años hasta nuestra alma más auténtica.
Tal y como había sido concebido, la ceremonia contó además con un homenaje a la familia Sánchez (Wilfredo, Fernando, Arturo y Felipe), quizás la más ilustre del béisbol matancero y una de más numerosas y brillantes de todo el país cuando se habla de dar un hit o impulsar una carrera para la victoria.
El trovador yumurino Raúl Torres y la actuación de la orquesta Failde (defensora del danzón, baile nacional y Patrimonio Cultural de la Nación también) completaron el guion del sencillo acto, imprescindible paso para robustecer todo lo que de identidad carga un out, un título nacional o un jonrón legendario.
Osvaldo Vento, Presidente del Inder, clausuró el encuentro y dedicó unas palabras emotivas a hacer realidad un sueño también de Fidel, sin el cual no se hubiera podido alcanzar el movimiento deportivo que tenemos, con la marca distintiva del deporte pasión para millones de cubanos.