El movimiento sindical en Las Tunas desarrolla acciones de respaldo al editorial La razón es nuestro escudo, publicado en el periódico Granma, que explica con argumentos irrebatibles la actual campaña desestabilizadora orquestada por la administración norteamericana para procurar un cambio en nuestro sistema político construido con el apoyo mayoritario del pueblo.
Las primeras voces se levantaron en la sede del Comité Provincial de la organización obrera en el territorio, cuyos trabajadores ratificaron su rechazo a cualquier provocación que socave la unidad del pueblo entorno a la Revolución y amenace la tranquilidad ciudadana y la decisión de defender a cualquier precio las conquistas y los derechos sociales alcanzados con el triunfo del primero de enero de 1959.
Así lo informó a Trabajadores, Leobanys Ávila Góngora, secretario general de la CTC aquí, quien adelantó que los centros laborales en los ocho municipios de la provincia abrirán tribunas de apoyo a la firme posición del Gobierno cubano expresada en el documento y su decisión de declarar ilícita cualquier manifestación que sirva a los intereses espurios de potencias extranjeras.
Asumieron el principio expresado en el texto de que “la dignidad, la resistencia y la unidad son nuestras fuerzas más poderosas frente a la deshonrosa y canalla acción anexionista que sirve al enemigo histórico de la nación cubana en su plan de fracturarnos y dividirnos para vencernos”, y reafirmaron su disposición de combatir las manifestaciones que pretendan confundir y desarticular esos postulados.
Los asistentes al mitin denunciaron las claras intenciones anexionistas de quienes pretenden desconocer que “no existe en nuestro país el derecho a obrar a favor de los intereses de una potencia extranjera y a poner en riesgo la estabilidad ciudadana…” y reconocieron que: “Es anticonstitucional, ilegítimo, inmoral, adscribirse a un proyecto anexionista. Lo dicen nuestras leyes y lo dice nuestra historia”, como declara la publicación.
Las intervenciones mostraron la seguridad de que los colectivos laborales del país continuarán como trincheras imbatibles frente a los intentos divisionistas de anexionistas, vendepatrias y mercenarios, cuya baja catadura moral es tangible cuando reniegan de sus raíces y son capaces de pedir una intervención militar.
Proclamaron que las calles son y seguirán siendo de los revolucionarios y no permitirán ningún intento por arrebatarle a la población su sosiego y tranquilidad.
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