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Ayuda sobre ruedas

Trabajar y ser alguien de bien y útil fueron las mejores enseñanzas que le legó su abuelo a Juan Hernández Martínez. Quizás por eso este agramontino nunca se ha quedado de brazos cruzados ni aún en medio de la actual compleja situación epidemiológica y fue de los primeros que, sin pensar en los riesgos, dijo que sí para colaborar con un centro de aislamiento.

 

Juan Hernández Martínez asegura que ayudará con su cocotaxi a cuanto centro de aislamiento lo requiera, así como en el traslado del personal de salud. Foto: Cortesía del entrevistado

 

Juan desde hacía pocos años había buscado seguir los pasos de su familiar, por lo que firmó un convenio laboral con la empresa TaxiCuba para arrendar un cocotaxi. Así, según él, recordaba a quien fuera por muchos años chofer en dicha entidad.

Y en eso andaba, dominando la profesión, cuando llegó la Covid-19. “Yo me mantuve trabajando, comenta, y prestando servicio por las rutas de los hospitales para apoyar en el traslado de las personas. Ya cuando se complejizó la situación, desde la empresa nos comentan sobre la posibilidad de realizar contratos con Salud provincial para apoyar en lo que ellos necesitaran. Y enseguida dije que sí.

“Así fue como comencé a ayudar al personal que ubicaron en el IPA Álvaro Barba, devenido centro de aislamiento. Allí me encargo del traslado del personal desde tempranas horas de la mañana. Luego busco los medicamentos e insumos que se necesiten y estoy con ellos las horas que hagan falta.

“En estas labores me paso cerca de doce horas al día, los siete días de la semana. Requiere mucho sacrificio y me impide pasar tiempo con la familia. Pero mis tres hijos y mi esposa entendieron la importancia de lo que estoy haciendo; es necesario.”

Aunque no labore directamente con los pacientes positivos al nuevo coronavirus, cuenta Juan que siempre ha tenido miedo al contagio, “porque es una enfermedad peligrosa, que cobra vidas y uno nunca quisiera contagiarse.

Por mis niños siempre estoy procurando cuidarme al extremo y constantemente limpio el equipo.

“Pero mira, por una compañera de trabajo me contagié y luego se lo transmití a mi esposa y mi niña chiquita. Ese ha sido el momento más duro, haber expuesto a mi familia; es algo que no debió suceder.

“Así que cuando retorne a trabajar las medidas de higiene serán más extremas.

Pero nunca dejaré de ayudar, porque mientras continúen apareciendo casos ahí estaré yo con mi cocotaxi apoyando en lo que sea”.

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