Cargando...Una veintena de jóvenes profesionales de la salud pública de la Isla de la Juventud, se despidieron —este viernes 1ro. de octubre— del hospital pediátrico de campaña Elpidio Valdés, radicado en la Escuela de Ciencias Militares General Antonio Maceo, de Artemisa, donde batallaron contra la Covid-19 desde el 31 de agosto.
Llegaron cuando la provincia mostraba altos picos pandémicos, y a poco más de un mes de que esta institución militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) abriera sus puertas como extensión del hospital pediátrico José Ramón Martínez, ubicado en el artemiseño municipio de Guanajay.
Regresan a la Isla chiquita con el deber cumplido, más preparados y conscientes del sentido humano y solidario de su misión, algunos con dibujos y la sonrisa de los niños tatuados en su corazón, más la complicidad de trabajar con colegas artemiseños, y oficiales de las FAR, con quienes el camino fue más fácil por su compromiso, expresó a nombre de todos Aliettys Gort Batista, residente en segundo año de Pediatría, en el municipio especial.
Por la responsabilidad y el sentido de pertenencia mostrados, los profesionales pineros recibieron la condición Jóvenes por la Vida, que otorga el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, al tiempo que las FAR les entregó el Sello Conmemorativo Aniversario 65 de su fundación, mientras las autoridades del Partido, el Gobierno y Salud Pública en Artemisa también les agasajaron.
Al mismo tiempo, la Escuela de Ciencias Militares, también Orden Antonio Maceo reconoció a la otra brigada constituida por unos 60 profesionales de la provincia que laboraron en este hospital de campaña, junto a voluntarios del sector educacional.
La conocida Interarmas Antonio Maceo, fungió con esa estructura al servicio de la Salud Púbica desde el 12 de julio, con una capacidad de más de 500 camas para niños sospechosos y contagiados por el virus, más embarazadas sin complicaciones y con menos de 36 semanas de gestación, y en espera de su estudio de PCR.
Al momento de la despedida solo restaban por curar una veintena de pacientes, para cerrar el hospital.
¡Gracias!, fue la palabra más repetida desde el alma de quienes dieron más que salud, luz; y para muchos, como el Doctor Marlon Arístides Heredia, internacionalista en Venezuela y Brasil, esta misión es más reconfortante por ayudar a la Patria grande.
