La flexibilización de las medidas adoptadas en Cienfuegos para enfrentan la pandemia provocada por la COVID-19 ha sido muy bien acogida por la población, pues facilita la movilidad, el disfrute de algunas actividades recreativas y la apertura de las unidades gastronómicas, entre otras, pero no puede existir descuido alguno para evitar un retroceso que pesaría mucho en la vida de las personas y el sistema de atención sanitaria.
En las decisiones puestas en prácticas figuran además, el restablecimiento desde hoy de los trámites vinculados a la Vivienda, Planificación Física y otros organismos; el restablecimiento de la transportación urbana, rural y marítima, la apertura de las playas y de manera gradual de las instalaciones hoteleras; la entrada de turistas nacionales desde el día 4 de este mes en el hotel La Unión y los hostales Perla del Mar, Casa Verde y Palacio Azul, y el disfrute de la piscina del emblemático hotel Jagua.
También queda restablecido el horario laboral normal y el correspondiente a bodegas, carnicerías y puntos de venta de gas licuado y de materiales de la construcción, y abren los servicios personales y los gimnasios al aire libre.
El Grupo Temporal de Trabajo insistió no obstante, en el uso obligatorio del nasobuco; el mantenimiento de la distancia orientada entre personas; la no realización de actividades bailables o eventos masivos, y la suspensión del funcionamiento de bares, centros nocturnos y discotecas.
A pesar de que la cantidad de casos positivos ha disminuido de manera notable debido, según consideran los especialistas, al cumplimiento de las medidas que fueron adoptadas y a la influencia de la vacunación masiva, no pueden existir descuidos que provoquen otra alza en el comportamiento de la pandemia y por tanto, una vuelta atrás.
Las muestras negativas, sin embargo, comienzan a ser evidentes y resultan peligrosas.
Un recorrido por la populosa barriada de Tulipán en horas de la tarde-noche de ayer nos permitió comprobar que cientos de niños, adolescentes y jóvenes jugaban en las aceras, a la vista de sus familiares, en grupos numerosos y muchos de ellos sin nasobuco. Eso no debe permitirse y las autoridades tienen que tomar partido en el enfrentamiento.
Lo avanzado merece el mayor reconocimiento, pero si todos no ponen de su parte y materializan las medidas orientadas a mantenerse, a pesar de que la vacunación de manera gradual comienza a ser una realidad, la curva roja puede variar y volver a subir. Eso no puede dejar de tenerse en cuenta