Hombre aparentemente parco, no parecía dado a escudriñar en su vida de más de 80 años, 52 de ellos dedicados de manera sobresaliente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), desde que como soldado en 1969 se integró al Servicio Militar.
No tuve la suerte de entrevistar a Eladio Julián Fernández Cívico, investido como Héroe del Trabajo de la República de Cuba a finales del pasado mes de abril. Contactamos vía telefónica hace apenas un mes, ocasión en que acordamos el encuentro, pero el golpe artero de la COVID-19 nos impidió el gozo de transitar los muchos vericuetos de su personalidad.
Fundador de la fábrica de armamentos Julius Fucik, la primera del país —hoy Empresa Militar Industrial Che Guevara—, con participación directa en el llamado Sistema de Perfeccionamiento Empresarial allí experimentado, integró el primer buró sindical de esa entidad y años después ocupó el cargo de director general.
Desde 1995 hasta su fallecimiento el sábado último fungió como director general de Geocuba, una de las entidades más integrales de las FAR por su sostenido desarrollo económico. Bajo su liderazgo y estrecho vínculo con los trabajadores Geocuba logró altos índices de eficiencia, y ganó la condición de Vanguardia Nacional y el pergamino de Proeza Laboral.
Quienes lo conocieron destacan en nuestras redes sociales sus muchas cualidades: “Gran jefe y compañero, poseía un amor incondicional a su trabajo y a su Revolución, ejemplo en todos los sentidos y aristas de la vida; extraordinario ser humano. Su pérdida es muy dolorosa, pero nos queda su legado y el compromiso de seguir su ejemplo”, así dijo Sonia, mientras Varela refirió su importante huella en las transformaciones impregnadas al sistema empresarial cubano.
Diputado a la Asamblea Nacional en una de sus legislaturas, hoy despedimos al coronel Eladio Julián Fernández Cívico, paradigma de sencillez, humildad y compromiso con la patria.