Cuando se trata de un hecho de dimensiones mundiales protagonizado por Cuba, aunque lo publiquen medios internacionales, no alcanza tanta difusión como la cantidad de repeticiones de sus problemas por insignificantes que sean.
También suele suceder como en un post en las redes sociales donde un personajillo se apresuró a crear confusiones cuando la autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de la República de Cuba (CECMED) aprobó como vacunas los hasta esos momentos candidatos vacunales Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus. Dijo:
Tengan cuidado porque esas vacunas no están aprobadas por la OMS.
Por supuesto que tal individuo pudo haber sabido de las explicaciones dadas por entidades cubanas y también las publicaciones de medios de prensa foráneos, pero lo trata de hacer invisible porque sus intenciones son crear dudas y, sobre todo, crear la matriz de opinión de que si es un producto de Cuba socialista no sirve.
Así afirma la agencia de prensa AP:
Cada país tiene la potestad de aprobar las vacunas que va a usar, pero las aprobadas por la OMS ofrecen un aval aún más confiable y les permiten ser distribuidas a través de los mecanismos de inmunización de esa organización. Para el caso de las vacunas contra covid-19, por ejemplo, sólo las dosis que han sido aprobadas por la OMS pueden ser distribuidas por el mecanismo Covax, creado por las Naciones Unidas para facilitar el acceso a la inmunización, o por el Fondo Rotatorio de Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud.
Eso le abre a esas vacunas un mercado aún mayor en todo el mundo. Sin la autorización de la OMS, para poder acceder al mercado internacional, deben hacerlo a través de cada país por acuerdos bilaterales. La autorización del organismo, asimismo, allana y acelera la aprobación por parte de los países.
Según la agencia EFE:
El presidente de Biocubafarma, Eduardo Martínez, lamentó que en el salto de la fabricación a gran escala la isla se ha topado con «serias dificultades» logísticas al no poder disponer de todos los insumos y materiales necesarios.
Los científicos atribuyeron estos problemas en parte al embargo de Estados Unidos y en parte a la escasez de estos productos debido a la alta demanda durante la pandemia, aunque por ahora mantienen sus objetivos de producir «decenas de millones» de dosis, con las que esperan cubrir tanto la demanda interna como la de exportación.
Hay otros temas en los cuales han pretendido crear dudas y confusiones, y las iremos aclarando, también con explicaciones de medios no nacionales como hicimos en este caso. E iremos ampliando respuestas a ¿Qué vacuna debo ponerme?, ¿cuál es la mejor?, ¿deben las vacunas contra la COVID-19 ser aprobadas por la OMS antes de usarse en un país? ¿Cómo se autoriza el uso de las vacunas?
En resumen: Como verán, hay un hecho cierto y es que ninguna de las vacunas cubanas tienen hasta ahora el reconocimiento de la OMS, y nadie lo puede negar, pero la técnica que utilizan es que una vez admitida una verdad irrefutable como esta, lanzan el ataque de manera directa o indirecta.
La agresión en este caso, está dirigida a que los confundidos crean que el gobierno cubano está aplicando irresponsablemente una vacuna sin antes someterla a aprobación, cuando tal y como reconocen medios de prensa no cubanos:
Cada país tiene la potestad de aprobar las vacunas que va a usar
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