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Ofrendas de Raúl y Díaz-Canel en recordación al Comandante Almeida

Arreglos florales a título del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez fueron colocados este sábado ante la tumba del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque en ocasión del aniversario 12 de su muerte.

 

Ofrendas para Almeida a nombre de Raúl, Díaz-Canel, Esteban Lazo y el pueblo de Cuba. Foto: Camilo González

 

En el Mausoleo a los Mártires del Tercer Frente Oriental Mario Muñóz Monroy, en el serrano municipio santiaguero de Tercer Frente, donde descansan los restos de Músico-Comandante junto al de otros combatientes de ese núcleo guerrillero fundado por él, también se depositaron ofrendas a nombre del Presidente del Parlamento cubano, Esteban Lazo, y del pueblo de Cuba.

El homenaje estuvo encabezado por el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vice primer ministro de la nación, así como por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia de Santiago de Cuba, Lázaro Expósito Canto, Héroe del Trabajo, y Beatriz Jhonson Urrutia, respectivamente, ambos miembros del Comité Central del Partido.

 

El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, junto a las máximas autoridades de la provincia, encabezaron el homenaje. Foto: Camilo González

 

Hasta la Loma La Esperanza, donde se erige el mausoleo, acudió una muy reducida representación de pobladores del Tercer Frente, teniendo en cuenta las medidas establecidas para reducir la incidencia de la COVID-19, para tributarle honores a quien fuera todo patriotismo, fidelidad a la causa revolucionaria, coraje en el combate, entrega a favor del pueblo y la obra grande a la que le aportó corazón y música.

Almeida deviene ejemplo de combatiente y hombre cabal, de persona entregada a favor del desarrollo del país y con un especial apego a la tierra santiaguera, particularmente a Tercer Frente, aún cuando eran natal de La Habana.

Su vida, su obra, su huella, están en diversos rincones del terruño suroriental que lo acogió como a su hijo pródigo, al hijo que no se olvida aunque ya no esté físicamente.

Inspiración para batallas y victorias cotidianas son las palabras pronunciadas por él en el fragor de uno de los muchos combates que libró contra el ejército del dictador Fulgencio Batista: Aquí no se rinde nadie.

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