Las manos y la inteligencia de Ángel Sánchez Lugones abren más la llave del humanismo y la solidaridad para mitigar la baja disponibilidad de oxígeno medicinal en instituciones hospitalarias de Ciego de Ávila.
En el taller de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Flota Pesquera Marina Júcaro, el obrero fabricó una pieza tipo entredós, iniciativa también en favor de la vida. «Con urgencia se necesitaba la solución y en tiempo récord hice en el torno con bronce los primeros 16 accesorios, luego realicé otros», afirma el tornero.
Uno de los tantos agradecidos por el aporte altruista del innovador, es el joven patrón de barco, Yurisbel Rodríguez: «Solo nos faltaba ese aditamento para acoplar los botellones a los compresores de nuestras embarcaciones y así garantizar el aire enriquecido solicitado para socorrer a pacientes enfermos de COVID-19».
Emigdio González Gómez, directivo en la Marina Marlin Azulmar, en Júcaro, argumentó que «la invención de Sánchez Lugones, de la UEB vecina, nos posibilitó crear dos turnos de trabajo, con vistas a evitar concentración de personal en el mismo horario, de esta forma hemos llenado más de 2 mil 400 botellones en menos de 15 días del presente mes», cilindros que, según el funcionario, fueron distribuidos en instalaciones sanitarias de Ciego y Cienfuegos.
El impacto de la contribución de ambos colectivos laborales, fue reconocido por Julio Guerra Izquierdo, jefe del departamento de Hospitales del Ministerio de Salud Pública, quien precisó que la alternativa fue avalada por un grupo de expertos del MINSAP y coordinada con la Empresa de Gases Industriales del territorio avileño.
«Aunque el oxígeno de los balones que allí se llenan no es utilizado en pacientes graves ni críticos, ventilados o acoplados, su uso es muy oportuno para estabilizar a personas que llegan a los cuerpos de guardia con déficit respiratorio o que permanecen en algunas salas de hospitalización», argumentó Guerra Izquierdo.