Los botiquines hogareños no guardan productos ociosos ni de lento movimiento en la provincia de Ciego de Ávila. Sus inventarios están casi deprimidos, pero las familias donan las medicinas que no les sobran, pero sí comparten las que tienen porque entregan altruismo en demasía para socorrer a enfermos de Covid-19.
Todo ese desprendimiento de solidaridad comenzó un día que varias personas materializaron la idea de poner en línea, mediante la aplicación telefónica WhatsApp, un grupo denominado Ayuda Medicamentos Pina.
Convencidas de que el colectivo tenía potencialidades para dar más en defensa de la vida, Anaivis de Ávila Morgado, trabajadora del sector de la Salud, y la educadora Liseidy Soler, crearon otro grupo nombrado Estoy pensando en ti, con el objetivo de realizar donaciones a centros de aislamiento de personas contagiadas con el virus.
Apenas transcurrieron unas horas de su fundación, comenzaron a sumarse personas y cuenta hoy con 257 miembros, de ellos solo unos 10 son hombres, incluidos médicos, trabajadores no estatales, comunicadores y otros colaboradores.
Las iniciativas fueron creciendo como la espuma. En los distintos barrios del poblado de Pina, casas de familias se convirtieron en puntos de recepción de todos los artículos que pudieran contribuir al bienestar de los pacientes en relación con la medicación, la alimentación y la higiene.
Yuneisy López Umpierre, educadora, transformó su hogar en casa matriz de las donaciones. Cuando le avisaban por las vías telefónica y del WhatsApp, la profe y la estudiante de estomatología, Laura Martín Sánchez, partían en sus motorinas en busca de los artículos donados.
La primera entrega a los centros de aislamiento trascendió en homenaje al 26 de julio del presente año. Yuneisy cuenta que «cuando le llevamos maicena para elaborar natilla y café para el personal de Salud, se pusieron muy contentos en la institución Honorato del Castillo…».
Ese día estaba de guardia la joven doctora María Sosa Díaz, en la instalación pediátrica de campaña habilitada en el círculo infantil Solecito Martiano. «Agradecemos esta bonita acción altruista de los donantes que han traído compotas, productos de aseo personal, instrumentos de limpieza… «.
Allí estaba presente María Victoria Miranda, Máster en Ciencias de la Educación, quien subrayó: «Además de la contribución de la familia pinense, contamos con la aportación de campesinos, unidades productoras de alimentos y colectivos laborales».
Otra de las agradecidas es Laritza Sánchez, licenciada en enfermería, quien desde la zona roja en la institución Honorato del Castillo, expresó a Trabajadores vía WhatsApp: «Además de la gratitud por lo donativos, tengo la satisfacción de haberle salvado la vida, junto al doctor Rainel y otros colegas, a varios pacientes, entre ellos un joven que se sumó a este grupo solidario».
Laura, la más joven «socorrista», resumió la esencia de la iniciativa popular: «Constituye un proyecto humanitario dinámico que comenzó ayudando con recursos a los centros de aislamiento, tránsito por la actividad de asesoría a los pacientes en el uso de los fármacos y hoy apoya a los médicos que realizan las visitas a las personas enfermas en condiciones de ingreso domiciliario».
Otras compañeras, tales como Yorkian, Keilyn, Miraldys, Adialim, Marle, Yaimara, Marisol y Niurka, entre otras valerosas mujeres, no solo están pensando en mantener dicho proyecto en la fase post pandémica, todas son federadas que dignifican con su ejemplaridad a la Federación de Mujeres Cubanas en su aniversario 61 este 23 de agosto.
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