En presencia de las principales autoridades de Matanzas, lo mejor del arte de esta provincia honró en la jornada de este viernes a la delegación de siete atletas, un entrenador y un árbitro participantes en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La sala de conciertos José White fue testigo de un selecto repertorio musical, donde se escucharon las interpretaciones de Raúl Torres, Carmen Lidian Mádem, Alfonso Llorens, la orquesta Faílde, un dúo de repentistas y las agrupaciones folclórica Afrocuba y Muñequitos de Matanzas.
La presencia de glorias deportivas, algunas de ellas titulares olímpicos, resultó una de las más gratas sorpresas de la ceremonia de homenaje a Andy Cruz (boxeo) , Laina Pérez (tiro deportivo) , Daniela Fonseca (tenis mesa) , Sahily Diago (atletismo), Andy Granda, Magdiel Estrada e Iván Silva (judocas), Raúl de Jesús Trujillo López (entrenador lucha grecorromana) y Miguel Francisco Castro Gómez (árbitro de remo).
[image_carousel source=»media: 279243,279242,279241″ slides_style=»photo» crop=»5:4″ columns=»2″ adaptive=»no» captions=»yes» dots=»no» link=»image» target=»self» autoplay=»2″ image_size=»medium»]Luego de recibir sus reconocimientos, Andy Cruz, campeón en la división de 63 kilogramos, subió al estrado para expresar que “no hay medalla más grande que ganarse el corazón de cada cubano», y, para complacer peticiones, terminó echando su pasillito, ese con el que termina cada victoria en el encerado.
[image_carousel source=»media: 279247,279246,279245″ slides_style=»photo» crop=»5:4″ columns=»2″ adaptive=»no» captions=»yes» dots=»no» link=»image» target=»self» autoplay=»2″ image_size=»medium»]El matancero Raúl de Jesús Trujillo, entrenador del cuatro veces campeón olímpico Mijaín López, agradeció la deferencia de un gesto que resume el orgullo de la Revolución cubana por los éxitos cosechados en el terreno deportivo. “Estos logros han sido posibles gracias a Fidel Castro Ruz”, afirmó.
Al inicio de la gala cultural, Afrocuba tocó una rumba por la vida y también en nombre de los que ya no están por culpa de la COVID-19. En ese instante, uno de los bailarines invitó a Vivian, madre Andy, y al propio campeón a bailar. Resultó un pasillo por la victoria, por ese deseo de que esta crisis sanitaria termine ya, un golpe lanzado al coronavirus, como aquel recto al mentón con el que Cruz conquistó el oro contra el estadounidense Keyshawn David.